Tres días después, en Dragonstone, el Consejo Negro se reunía para tratar asuntos de vital importancia. Rhaenyra escuchaba atentamente mientras uno de los Lord hablaba sobre la situación en Reposo del Grajo. El ejército de Criston Cole estaba causando estragos, y nadie entendía por qué atacaba al Lord Simon Staunton. Rhaenyra observaba Reposo del Grajo en el mapa, una sensación de inquietud la invadía.
-Está más cerca de Dragonstone -murmuró Daeron, su voz apenas audible.
-Dijiste algo, Daeron? -preguntó Rhaenys, notando la preocupación en el rostro del joven Omega.
-Solo estaba pensando que tal vez Criston Cole está atacando Reposo del Grajo porque está cerca de Dragonstone -respondió Daeron.
-Podría ser una estrategia -intervino Jacaerys, observando a su madre- Como Dragonstone está cerca de Reposo del Grajo, podría ser una trampa para atraparnos en tierra.
-Si en tierra, ¿por qué en cielo y mar es otra cosa? -añadió Daeron- De todos modos, debería hacer algo, Majestad.
-Podría mandar un dragón -sugirió Corlys- los dragones son más efectivos que unos simples soldados.
-Envíame a mí, Majestad -se ofreció Jacaerys.
-No -respondió Rhaenyra, rechazando de inmediato la petición de su hijo.
-Yo iré, Majestad -se ofreció Rhaenys- llevaré a Meleys.
-Y yo la acompañaré, dos dragones son mejor que uno -dijo Daeron, mirando a Rhaenys con determinación.
Todos los presentes guardaron silencio por un momento, la tensión en la sala era palpable. La preocupación por la seguridad de Rhaenys y Daeron se apoderó de todos. Corlys, con el corazón en la garganta, se preocupaba por su esposa. Lucerys, aún con el dolor de la pérdida de un familiar, no podía imaginar perder a otro, especialmente a dos. Jacaerys y Baela compartían su sentir, la idea de que algo les pasara a Rhaenys y Daeron los llenaba de angustia. Ambos jóvenes esperaban con fervor su regreso sano y salvo.
Rhaenyra, con un nudo en el estómago, presencía el silencio sepulcral que se apoderó de la sala, y una oscura sensación la atormentaba. Pero su fe en Rhaenys y Daeron era inquebrantable. Confiaba en que lograrían vencer a Criston Cole y su ejército, y que volverían a Dragonstone, victoriosos. Necesitaba creer que todo saldría bien.
Simón, por su parte, se atormentaba con un miedo aún más profundo. Sabía que Maegor amaba a Daeron más que nada en el mundo. Si algo le pasara a Daeron, Simón sabía que Maegor se volvería loco. Y no solo por Daeron, sino también por Jacaerys, Lucerys, Rhaenyra, Helaena, Nyra y también por él mismo. Simón solo logró disipar esos pensamientos terribles cuando escuchó la voz de Rhaenyra.
-Están seguros -dice Rhaenyra, viendo a Rhaenys y Daeron.
-Sí -responden Rhaenys y Daeron, al unísono.
-Bien, vayan entonces -dice Rhaenyra, sintiendo que algo podría pasar, pero decide ignorar eso. De seguro nada iba a suceder.
En King's Landing...
Aegon se notaba molesto, ya que las cosas no estaban saliendo como él esperaba. Su madre fue atacada por Maegor, asesinaron a uno de sus hijos, Daemon tomó Harrenhal. Aegon solo se molestaba más y más. Rhaenyra estaba logrando cosas, y él siendo el rey, se sentía impotente. Terminó tirando una copa al suelo y viendo a su consejo, quienes se mantenían callados y sentían el aroma de las feromonas de Aegon. Un olor a vino mezclado con menta comenzaba a esparcirse por la sala del consejo.
-Todos ustedes son unos incompetentes -dice con voz seria- ¡En verdad han dejado que esos negros tomen Harrenhal y han permitido que mi hermano Maegor apuñale a mi madre! ¿En verdad, qué clase de consejeros son ustedes? -grita, viendo a los hombres presentes- ¡Todos son unos inútiles, todos!.
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Maegor Targaryen
FanfictionMaegor es el segundo hijo varón, de la reina Alicent y el rey Viserys. Nació en una noche de tormenta y su nacimiento fue algo complicado, pero al final todo salió bien. De todos los hijos de Alicent y Viserys, Maegor Targaryen es el único que tiene...