Capitulo 31

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Dos días habían transcurrido desde la muerte del príncipe Jaehaerys. En la Fortaleza Roja, el luto aún persistía. Durante esos dos días, Aegon había buscado sin éxito a los asesinos de su hijo, lo que le causó gran molestia. Esa misma mañana, Aegon decidió acabar con todos los cazaratas en King's Landing, siguiendo la información que Helaena le había dicho, de que dos de ellos eran los culpables. Tras ordenar esta matanza, el "rey" decidió exhibir los cuerpos de los cazaratas contándolos en la puerta de la fortaleza roja para demostrar su poder al pueblo y con la esperanza de que entre ellos estuvieran los asesinos de su hijo. Sin embargo, en lugar de conmoverse como ocurrió en el funeral de Jaehaerys, el pueblo comenzó a maldecir al "rey" por sus acciones. Las familias de los cazaratas asesinados fueron las más maldiciones decían hacia Aegon. Otto, observando todo lo que su nieto estaba haciendo, solo podía concluir que había sido un grave error haberlo coronado rey.

Mientras tanto, en la habitación de la antigua reina, Helaena y Alicent estaban conversando sobre lo sucedido con Jaehaerys. Helaena observaba los juguetes con los que su hijo solía jugar, mientras Alicent se sentaba a su lado para entablar una conversación más tranquila.

—En verdad lamento lo que le sucedió a Jaehaerys, era un niño inocente —expresa con voz entristecida.

—Realmente querías a Jaehaerys, madre. Querías a tu nieto —dice Helaena con una expresión devastada.

—Por supuesto que lo quería, era mi nieto, al fin y al cabo. Una parte de mí, mi propia sangre —responde Alicent utilizando palabras que alguna vez su padre le dijo a ella.

—Eso no es cierto, no lo querías realmente como dices —responde Heleana con decepción hacia su madre— Tú no lo querías de verdad.

—Eso no es cierto, Heleana. Realmente quería a Jaehaerys. Su muerte afectó a todos de una manera cruel —dice mientras baja la cabeza, mostrando la tristeza que siente.

Helaena permanece en silencio y se levanta para dirigirse hacia la ventana, seguida por Alicent, quien imita los pasos de su hija. Aunque Helaena le da la espalda, continúa la conversación con su madre mientras observa por la ventana.

—Una paloma llegó ayer en la noche a mi ventana con una carta de Maegor. Donde decía que lamentaba la muerte de Jaehaerys, mencionando que el niño no debía pagar por los actos de su abuela. No entiendo completamente lo que quiso decir, ya que la carta solo contenía esas palabras y nada más —explica, dando la espalda a su madre.

—Maegor te envió una carta —Alicia se sorprende por lo que Heleana ha dicho— Debes tener en cuenta que Maegor es nuestro enemigo, por lo que cualquier cosa que te envíe debo verla primero.

—Hoy por la mañana, una mujer de ojos violetas entró en mi habitación mientras abrazaba el muñeco favorito de Jaehaerys. Se acercó a mí para hablar, y aunque no sentí miedo, la observé mientras se acercaba —relata mientras parece estar en un estado de trance.

—¿Cómo era la mujer? —pregunta con nerviosismo— ¿Cómo lucía ella?.

—Hermosa y encantadora, de cabello blanco y ojos lilas, la mujer me dijo que fue ella quien ejecutó a un hijo de Rhaenyra porque tú se lo pediste. Antes de desaparecer, la mujer me reveló que yo soy una bastarda, al igual que Aemond. ¿Soy ralmente una bastarda, madre? —Heleana utiliza un tono de voz suave mientras mira a su madre— ¿Por qué ordenaste la muerte de un hijo de Rhaenyra? Ahora tengo que cargar con tus pecados. ¿Qué hicimos Jaehaerys y yo para merecer eso?.

Alicent permanece en silencio mientras observa a su hija. No puede creer que Oriana le haya revelado la verdad a Helaena; pensaba que Oriana estaba de su parte, pero parece que no era así, ya que acababa de revelar un gran secreto guardado durante años. Cuando volviera a ver a Oriana, le preguntaría por qué lo había hecho.

Maegor Targaryen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora