Two

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Espero que todo salga según lo planeé. Mi corazón late a toda velocidad aporreando con fuerza mi pecho. Tengo un ligero temblor en las manos de los nervios. Si esto sale mal puede que sea golpeada nuevamente. Rasgué un trozo de tela de la gabardina y recogí mi cabello en una cola de caballo alta, así sería más fácil escapar.

Apagué la lamparita titilante dejando la habitación completamente a oscuras y me quedé observando al exterior por el cristal de la puerta. Llevaba varias horas aquí esperando hasta que por fin vi a Exen acercarse por fondo del pasillo.

Rápido me escondí tras la puerta de modo que cuando la abrieran no me vería. Se sentían los pasos del fortachón acercarse cada vez más hasta que se detuvieron. Se sintió el estruendo que normalmente hace la puerta al abrirla y esta se desplegó cubriéndome a la vista de cualquiera.

Exen se extraño al ver la habitación a oscuras y dejó la puerta abierta para que entrara luz. Entonces dió varios pasos al interior.

Gran error has cometido quedido Exen

Pensé mientras golpeaba al hombre en la cabeza con la bandeja de hierro una y otra vez hasta que quedó tendido en el suelo inconsciente. De nada le sirve ser tan fuerte si no tiene ni una gota de cerebro.

Tiré la bandeja a un lado y me apresuré a salir de la habitación cerrándola tras de mi y dejando a Exen encerrado. Corrí por el pasillo. Las luces titilaban. Habían más puertas pero las ignoré.

Escuché voces a mi al frente, se acercaban por el pasillo. Entonces no me quedaba de otra que correr hacia la habitación nuevamente o enfrentarme a los que se acercaban. Entre esas voces oí la de la mujer que fue junto a Exen cuando me golpearon.

Vi unas escalerillas a un lado y había una puerta en el techo. Subí por ella e intenté abrir la puertecilla. Inútil, debía estar cerrada por el exterior. Cuando por fin la abrí, de mi bolsillo se salió la fotografía. No podía dejarla ahí tirada ya que no había memorizado la dirección.

Las voces cada vez son más cercas pero poco me importó cuando bajé de la escalera para coger la foto. Delante de mí, a unos metros de distancia vi a la mujer con los ojos abiertos de par en par.

No di tiempo a que se moviera, agarré la fotografía y subí las escaleras.

Ella por fin reaccionando gritó — ¡Se está escapando! — Entonces sentí muchos pasos acercándose por las escalerillas.

Yo seguí subiendo hasta que salí por la puertecilla. Lo que vi delante de mí me dejó pensando. Un bosque. Había salido en un bosque. Todo el tiempo estuve bajo tierra. Por eso no habían ventanas en ningún lado.

Corrí entre los árboles y la niebla muy parecida al humo. Estaba anocheciendo o amaneciendo, no me fijé mucho en eso sino que corrí ya que las voces se acercaban. Hombres y hombres con linternas, de seguro estaban armados.

Corrí como si mi vida dependiera de ello. Tenía como esperanza que la mujer rara me quiere viva porque tengo que terminar su trabajo. Pero de todas formas no podía dejar que me encerraran nuevamente.

Los hombre que me persiguen se acecaron más, pude ver qué son más de diez. Si lograba escapar sería un milagro. Caí por un acantilado pequeño que llevaba a un río. Perfecto. Fui hasta la parte más honda y nadé con la corriente, sería más fácil y rápido. Ni siquiera sabía que sé nadar.

Las personas se detuvieron en el borde del acantilado mirando, uno de ellos habló — La hemos perdido — y siguieron buscando.

Una luz me dio directamente en la cara — Esta ahí — gritó el que me alumbró con la linterna — En el río —

Nadé más rápido. Más y más. Mis brazos protestaban por el esfuerzo, estaba muy cansada, pero debía seguir nadando si quería salir ilesa de esta. Cuando tuve un poco de ventaja gracias a la cantidad de árboles crucé el río y seguí corriendo. Ellos no me perdían el paso, cruzaron también el río. ¿Cómo demonios iba a escapar?

Me escondí tras un árbol y esperé a que pasaran por mi lado. Sus pasos se acercaban cada vez más. Cuando lo hicieron  ni siquiera se dieron cuenta de que estaba tras ellos. Caminé sin hacer un solo ruido lejos de ellos y, cuando miré al frente, Exen estaba parado frente a mi con las manos extendidas para agarrarme. ¿Como había conseguido despertar tan rápido? ¿Y quien lo sacó de la habitación?

Mi corazón latió con fuerza, no podía atraparme, no con todo lo que he hecho para poder escapar. Exen se acercó y yo retrocedí. Los otros hombres no miraron atrás y siguieron con su búsqueda cada vez más lejos.

El fortachón me levantó del suelo agarrándome por la camisa. Yo paraletee para que me soltara. Fue inútil. Necesitaba pensar. Algo rápido y efectivo que me pudiera servir para escapar de las manos de Exen.

El sonrió — Victoria te quiere viva — Me agarró por el cuello, me empezó a faltar el aire — Pero tengo muchas ganas de matarte — dejó de agarrar mi cuello y tosí respirando con dificultad — Pero cuando termines tu trabajo, me va a dar el poder de acabar contigo —

Yo le sonreí — ¿Puedes... — No podía hablar prácticamente, me faltaba el aire — ¿Puedes darle un mensaje a Victoria de mi parte? —

Él me miró incrédulo. Sin pensarlo dos veces, le di una fuerte patada a Exen en su entrepierna. Él inmediatamente me soltó dejándome caer de rodillas al suelo. La sangre manchó la tierra. Doblegado del dolor y sin poder moverse estaba el fortachón. No me quedé mirando sino que salí corriendo más y más lejos de él.

La voz de los otros hombres se acercaba — ¡ES ELLA! — gritó uno — ¡AHÍ ESTÁ! —

Aunque mis músculos protestaran, seguí corriendo. Más adelante ví que el bosque terminaba y había una carretera. Si conseguía llegar antes de que me alcancen con suerte podía pasar un auto. Sentí un clic y no tuve que voltear a ver para saber que es una pistola. Si me disparaban sí estaría perdida.

Y eso hicieron, sonó un disparo, pero no me tocó. Corrí más fuerte, ni siquiera sabía que podía correr tanto. Otro disparo, también fallido. Pero hubo otro, fue el último. El dolor me cegó. Caí al suelo.

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