Capítulo 5 Café, café y más café

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Lo primero que pienso al despertarme es en el chico de la noche anterior. No sé hasta qué hora se quedarían hablando, pero cuando salí del local eran pasadas las doce de la noche, pero lo que menos me iba a esperar es que apareciera justo antes de abrir.

Annyeonghaseyo— El salto que me provoca su voz debería ser comparado con los saltos de longitud olímpicos. ES QUE ESTE CHICO NO DUERME, SON LAS 6 Y MEDIA DE LA MAÑANA.

—Annyeonghaseyo —intento que los nervios no me hayan delatado y se confunda con tartamudeo mañanero por el frío. Corro al almacén para vestirme con el uniforme y tratar de calmarme. Vale, no tiene que ser tan malo, simplemente sírvele y sigue con lo tuyo. Pero todo pensamiento racional abandona mi mente cuando lo veo. Joder, ¿por qué tiene ser tan guapo? En la noche con las luces artificiales y los nervios por no querer que mi jefe me regañase, evité mirarlo a toda costa, pero ahora que lo miro detenidamente pienso que deberían catalogarlo como "cliente desconocido especial altamente ilegal", no debe ser legal ir alterando a la gente con esa cara porque madre mía.

—Yeongeo, hal jul aseyo ¿hablas inglés?

—Ne.

—Aaaa.

Consigo abrir la puerta sin ningún inconveniente y proceso a seguir mi protocolo mental para abrir la tienda.

—Dangsinui ireumeun mueosipnikka? ¿Cuál es tu nombre?

—Nae ireumeun Mei iya, me llamo Mei.

—Aaah, Mannaseo bangawoyo Mei, encantado de conocerte Mei. Nae ireumeun Sunwoo iya, Kim Sunwoo

— Mannaseo bangawoyo —suspiro porque es muy temprano para hablar y más en coreano, mi cerebro aún no despierta, sumado a que siento que estoy siendo una irresponsable al incumplir mi contrato al hablarle...

—Mueoseul deusigesseo, ¿qué te gustaría comer?

—Tienes buena pronunciación.

—¿Hablas inglés?

—Solo un poco, no es mi punto fuerte.

—Aaaa —quiero evitar los silencios incómodos —entonces ¿Qué te pongo? —Así podré seguir con mi trabajo para cuando llegue el señor Kang.

—Eeee un shake de chocolate grande y uno de esos bollos de crema.

—Perfecto, enseguida te lo traigo.

Mientras preparo la orden, alzo la mirada de vez en cuando para verlo concentrado en su móvil. Sigue con la capucha puesta, pero parece que es más manía suya que por ocultarse. Detallo cómo va vestido el día de hoy, una sudadera gris lisa, acompañada de unos vaqueros desgastados tipo cargo y unas Jordans negras; se ve cómodo. Termino de prepararlo todo sin generar un estropicio.

—Gamsahapnida —asiento para poder avanzar en las tareas y me dirijo al almacén.

Tomo mi libreta y voy tachando las cosas de la lista que hice anoche antes de irme. Recibo la mercancía del día, recojo y la reorganizo para una vez terminado reponer las bebidas faltantes y cortar las porciones de tarta.

—Daebak —simplemente sonrío como respuesta, aunque parece más una mueca.

No puede pedirme tanto, son poco más de las siete de la mañana pasada y mi mente ya va a colapsar. Estoy tan concentrada en que las porciones de tarta queden igual, que no me percato de que está tratando de llamar mi atención hasta que me llama.

—Mei —alzo la mirada para ver qué señala para que me acerque y mire su móvil. "Pareces muy ordenada, ¿cómo lo haces? Yo soy un completo desorden".

Entre notas y silencios | Kim SunwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora