El aire frío de la madrugada me refresca y termina por despertarme, no soy fan de madrugar, pero echaba de menos esto de pasear por la calle y no estar encadenada a una silla sin poder apartar la vista de una pantalla. No he dormido nada bien esta noche a pesar de estar cansada, mi cabeza ha decidido estrenar una trilogía de películas sobre las consecuencias catastróficas que tendrían las decisiones tomadas en esta última semana. El estrés por quedar con Sung-Min, la propuesta de Alexander y ola de sentimientos que me está provocando Sunwoo, están haciendo que mi mente no pare ni por un segundo en reponer fuerzas. Me siento irascible y saturada. Joder, solo quiero una semana normal.
Respiro el aire de la ciudad, por suerte hay bajos niveles de contaminación y no es necesario usar mascarillas, salgo del autobús y me dirijo a la calle de atrás mientras busco las llaves en mi bolso y todo va bien hasta que me percato de una figura junto a la entrada trasera y maldigo porque no es posible entrar por la principal y estoy tentada a dar media vuelta hasta que siento que me mira a lo lejos y decido ir a por todas.
—Me cago en su puta madre, con respeto a su santa madre.
No estaba de mal humor, pero verlo ha sido como un cruce de cables. Las respiraciones no funcionaron más allá de pasar la noche dándole vueltas a la noche anterior, como se sintió dormir con él, su voz murmurando respuestas a mis tontas preguntas, como nuestros dedos jugueteaban entre ellos sin llegar a fundirse y terminé volviéndome loca. Me acerco a paso apresurado con las llaves en la mano, es ahora o nunca.
—Mei, hola...lo siento, quería...
—Buenos días —hago una leve reverencia y abro la puerta, no quiero mirarle, pero no me queda otra opción cuando veo que hace el intento de entrar —No, si quieres entrar al café debes esperar a que se abra.
—Pero, yo...
—Escúchame, no he tenido buena noche y llevo mucho tiempo sin pisar el café, así que debo asegurarme de no cometer ningún error. Por lo que tienes 3 opciones. 1 esperas a que abra el café y entras por la puerta principal, 2 esperas a que me cambie y lo tenga todo preparado y entras o 3 te vas a la mesa más escondida al fondo del local hasta que todo esté listo ¿de acuerdo? —asiente repetidamente mientras suspira de forma pesada—. Siento si sueno muy borde, pero es muy temprano para empezar a afrontar el día y tener una conversación profunda a las —miro mi reloj fugazmente—. Seis y cinco de la mañana, no es muy bien plan ¿sí? Así que dame una hora para preparar todo y recibir la paquetería y si después necesitas cualquier cosa te ayudaré en lo que pueda ¿vale?
—La 3, escojo la tercera opción.
—De acuerdo, pues entremos antes de que nos congelemos.
Entramos juntos y dejo mis cosas en la silla cerca del baño, poco a poco voy encendiendo las luces bajo su atención y vuelvo a sentir esa familiaridad del entorno.
—Voy a cambiarme, si quieres puedes sentarte ya —asiente mientras me mira de arriba abajo y marcha hacia la zona apartada. Qué raro, es la primera vez que le veo con un bolso.
—Venga Mei, hagamos lista mental de todo —reviso las tareas dejadas por Seo-Joon para la mañana, anoto los productos que debemos recibir y las ofertas de la semana. Se acerca Halloween así que dentro de poco recibiremos las nuevas recetas para aprenderlas a tiempo.
Limpio el suelo y los cristales por fuera, la humedad de la noche hace que quede embarrado, abro la puerta y termino de colocar los números en las mesas junto a los códigos QR, abro el apartado de recogida para pedidos online y repongo todo lo necesario. Vuelvo a mirar mi reloj que marca las 7 y cuarto, como es viernes el reparto tardará un poco, por lo que me dispongo a preparar los cafés para la empresa de contabilidad del final de la calle. Sin duda ellos son incapaces de trabajar sin café.
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Entre notas y silencios | Kim Sunwoo
Fanfiction-Créeme, si pudiera olvidar todo lo vivido y enterrarte en mi memoria, lo haría, pero no puedo. -No te dejaría. -¿El qué? -Te lo dije hace tiempo y te lo digo ahora, no puedo no ser egoísta contigo, te quiero junto a mí. Quiero estar a tu lado, quie...