Suspiro mirando al cielo mientras retiro las horquillas de mi cabello duele, pero al menos ya se ha acabado por hoy. Sin duda ha sido un día duro y eso que pensaba que después de dos semanas me sentiría más segura, pero es más bien lo contrario. No controlo del todo el idioma y parece que les molesta que les hable en inglés, pero bueno, mi jornada ha terminado y ahora mi única preocupación es el caramel macchiato que me pienso tomar.
—Annyeonghaseyo.
—Annyeonghaseyo, que bien huele.
Mi amigo Dong-Hyun me recibe con una cálida sonrisa detrás de la barra. La universidad asignada para llevar a cabo mis prácticas queda muy cerca de esta cafetería y digamos que de no haber tomado nunca café ahora tomo mínimo tres al día. Me veía todos los días sentada en una de las mesas tratando de completar un libro de coreano para niños de 5 años y entre broma y broma comenzamos a hacernos cercanos. No hay día que no venga de visita.
—¿Qué tal ha ido hoy? ¿Mejor? O todavía se te atraganta, señor y señora —comenta entre risotadas.
—¡Oye! No te rías tanto que solo fue una vez.
—Venga, déjame meterme un poco contigo, no ha pasado nada interesante por aquí.
—Me alegra que mis meteduras de para te diviertan, Dong-Hyun, pero entre el estrés de las prácticas, no acostumbrarme a vivir en un espacio tan pequeño y que mi cuenta del banco decae por momentos —suspiro—, así que dame margen para respirar.
—Me gustaría poder ayudarte, pero aquí estamos completos y no tiene pinta de que vaya a cambiar.
—No te preocupes, por cierto, ¿Qué tal con la chica nueva?
—Baja esas cejas señorita cupido, no pasa nada con ella, simplemente es agradable.
—¿Agradable a la vista o agradable en general?
—¿No deberías estar buscando trabajo? No siempre podré invitarte a café.
—Uff de verdad que cuando te lo propones eres mala persona —trato de fulminarle con la mirada pero eso solo consigue agrandar la sonrisa que adorna su rostro.
—Aquí tienes tu dosis de cafeína diaria, mucha suerte.
—Nos vemos mañana.
—Annyeong
—Annyeong
Salgo de la cafetería mucho más tranquila y con mi amado caramel macchiato en la mano, tras haber hablado un rato con mis padres por el camino, me paro un momento admirando las calles que rodean esta zona; siento que las calles de Seúl nunca dejarán de impresionarme. Una de las cosas que peor llevé el primer mes era la sensación de sentirme un
fantasma en cualquier lado. No tenía a nadie con quien hablar o con quien salir. Traté de quedar con personas que estuvieran de Erasmus, pero la mayoría querían viajar por el país e incluso unos se fueron a Japón; pero mi economía en este momento está muy ajustada y necesitaba habituarme al camino a las prácticas y saber por donde iba a moverme. Necesitaba sentir que tenía algo controlado, además que el papeleo parecía interminable.
En España estuve haciendo prácticas en el Gabinete de Comunicación de la Presidencia del Gobierno y aunque no me encantó, me abrió muchas puertas, entre ellas estas prácticas. Siempre quise viajar a Corea, pero por la mala práctica de la universidad o falta de cupo en las universidades nunca me había sido posible.
Tuve la oportunidadde ir de intercambio, pero al final pasélos meses encerrada en una pequeñísima habitación estudiando en inglés sin parar. Estuve todo el verano trabajando y ahorrando para un viaje de final de carrera, así que cuando me enteré que me habían aceptado, sentí como mi vida comenzaba a tener un sentido. Por fin iba a cumplir mi sueño y a pesar de no estar disfrutándolo a tope, sé que sin duda esta experiencia me cambiará la vida.
ESTÁS LEYENDO
Entre notas y silencios | Kim Sunwoo
Fanfiction-Créeme, si pudiera olvidar todo lo vivido y enterrarte en mi memoria, lo haría, pero no puedo. -No te dejaría. -¿El qué? -Te lo dije hace tiempo y te lo digo ahora, no puedo no ser egoísta contigo, te quiero junto a mí. Quiero estar a tu lado, quie...