1.-no entiendo la vida.

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Alicia si bien, nunca había tenido excepcionales ganas de vivir, jamás haría algo tan estúpido como correr hacia la muerte segura.

O eso es lo que hubiera pensado en la mañana, antes de que un ruido la despertara a mitad de la noche, ir hacia la sala, y encontrar a un asaltante apuntando a su madre y a sus hermanos.

Alicia jamás ha sido una heroína, pero era su familia la que dependía de ella, por nada del mundo dejaría que les pasará algo.

O que se llevarán las cosas que con tanto esfuerzo su madre y ella habían reunido, así que sin que el asaltante que apuntaba a su familia supiera, fue a buscar a su cómplice, sabía que uno no sería suficiente para asaltar una casa, lo encontró hurgando en la ropa de su madre.

(Eres tú o yo desgraciado, y salvar al mundo de que te reproduzcas es mi regalo)

Tomo una cuerda y lo ahorcó con todas sus fuerzas, fue una lucha donde el asaltante casi ganaba, si no hubiera sido porque Alicia tomo un martillo olvidado de la repisa y lo golpeo hasta matarlo.

El cómplice con arma en mano se dirigió hacia el alboroto, Alicia al escucharlo se escondió detrás de la puerta.

-¡Carajo!-

Soltó al ver a su secuaz muerto, Alicia aprovecho el momento y lo golpeo con el martillo en la cabeza derrumbando al hombre haciendo que la pistola cayera.

Alicia corrió a ella y sin miramientos disparó al hombre, matándolo en el acto, sintió paz por un segundo, pero dos balazos por la espalda dieron directo a su corazón haciendo que cayera y viera al tercer secuaz.

-tan bonita y tan brava... ¿Creíste que una mujer podía acabar con los tres?, si se necesita a un hombre aquí, no una tonta.-

Alicia con odio en su sangre, disparó a la cabeza del asaltante tres balas, asesinandolo.

- u-una mujer sabría que tienes que disparar a la cabeza -

Lo último que pudo escuchar Alicia fue un "¡no, mi bebé no!...mi chiquita" con la voz destrozada de su madre y sentir su toque cálido por última vez.

[...]

-¡agh!-

Alicia despertó en un lugar desconocido, era un campo que no reconocía,tocó su cuerpo, se supone debía de estar muerta,ella estaba segura que murió, pero no tenía los balazos de minutos atrás.

(Ay no, yo quería morir no reencarnar o lo que sea ...)

Con resignación y después de pensar pros y contras decidió investigar está nueva vida,explorando encontro un sendero de tierra, y con una extraña sensación en su cuerpo siguió el camino que la llevo a un pequeño pueblo.

Lo que vio ahi la dejo desconcertada, era una época sin duda muy antigua, lo máximo que había era un burro con una carreta y las casa eran construidas a la antigua.

Se adentro al pueblo y vio una escena un tanto perturbadora, una mujer de complejidad buena golpeaba a un bello hombre.

-¡paro esto pague dos de plata!, ¡No me sirves ni para hacer un arroz y tampoco eres para tanto!-

La mujer seguía golpeando al hombre bello que solo lloraba y se disculpaba.

Alicia, que definitivamente no se identificaba como una persona que hiciera valer los derechos ajenos, se canso de ver a la mujer abusar del pobre hombre y le aventó una piedra a la cara sacándole sangre.

- ¡¿Que carajos te pasa?!, ¡¿por qué eres tan brutal con el pobre hombre?!, ni siquiera se defiende ¡¿es eso justo?!-

-maldita perra-

La mujer voluptuosa corrió a golpear a Alicia, la cual no estaba impresionada, había vivido toda su vida en barrios bajos y de vez en cuando había robado a personas equivocadas que le dieron una golpiza increíble.

Sabía que incluso con el peso a su favor, podría derribar la si golpeaba puntos estratégicos y así lo hizo a los minutos la mujer estaba en el suelo intentando pararse, mientras Alicia revisaba el moretón que la mujer le había dejado de los golpes que acertó.

Dolían, pero sabía que ella había ganado.

-bien quédate a ese prostituto y ¡Deja de joder!-

La mujer aventó al hombre a Alicia y se metió a su casa.

-j-juro que puedo ser de buen uso pero por favor, ¡no me abandones!-

Alicia no sabía de qué estaba hablando aquel bello hombre, volteo un momento al pueblo y solo así pudo entender de que iba la situación.

Hermosos hombres hacían labores que le recordaban a la humanidad hace unos cuantos siglos, desde llevar agua, cargar niños, limpiar, cocinar e intentar llamar la atención de lo que se suponían eran sus esposas.

Alicia entendió todo.

Esto era un matriarcado.

(Tocó ser pilar de la familia...otra vez)

Con un suspiro regreso a la situación que tenía delante, cual vaca, le habían "regalado" a este hombre.

-no...mira, apenas acabo de llegar aquí, no tengo nada de nada, ni casa, ni nada para ofrecer...-

(No Ana Leticia lo nuestro no puede ser, ya embarace a otra)

Repitió en su mente cuál telenovela de antaño.

-e-eso no importa, por favor, si alguna alguna mujer ve que estoy solo de seguro abusara de mi, no quiero ser el prostituto del pueblo porfavor, y no quiero embarazarme de esas mujeres -

(...¿Que?)

-¿Que?-

-¡no quiero dar a luz a sus hijos! Por favor-

Alicia no sabía que pensar de la situación.

Los hombres aquí se embarazaban.



Continuará...

Mis amados esposos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora