—¿Van a elegir esposo?—
—Es extraño que no sepas acerca de esto...—
—mi familia eran ermitaños que te digo...—
El institutriz desconfío un poco, pero no dijo nada más.
—basicamente son vendidos al mejor postor...Caspian fue elegido como esposo de una desagradable mujer que es conocida por ser muy violenta y horrible con sus esposos... alguna vez rapo a uno y lo llevo por la aldea, cuando pidió piedad lo golpeo y lo asesino —
Alicia quedó impactada ante la noticia, ahora se sentía horrible al pensar en Caspian.
—el es sin duda lo que cabe en la perfección de esposo, es uno de los mejores estudiantes del internado, incluso ha sobrepasado a hombres que vienen de la realeza...intente que aquella mujer no lo comprara pero—
—...¿En cuanto lo compro?—
—...en treinta de oro—
Alicia pensó un momento, tres lobos o algo más grande, pero algo se lo impedía, el haber cazado a un lobo había sido más que suerte de principiantes cazar aún más sería complicado.
Pero la vida del rubio sería aún peor si se casaba con aquella mujer.
— bien, intentaré traer más, ¿Cuando será?—
— ¡Ja! que linda, pero siguen siendo más de treinta de oro—
—¿Cuando será?—
El institutriz suspiro, era lindo soñar así que sin mucha esperanza respondió.
—en dos días, en la noche —
—bien, traeré el dinero, lo prometo—
Alicia corriendo, se despidió del institutriz, se dirigió otra vez al bosque con hacha en mano.
(Es la única herramienta que tengo para cazar y la cuerda...yo digo que si cazo algo grande)
Con determinación camino con cuidado por el bosque, no quería hacer ruido para alertar a las posibles presas.
Un ruido la alertó, era un venado comiendo pasto.
(Osea si soy lo mejor pero...un hacha no me va a servir...)
Se decidió utilizar la cuerda, la amarraria al arbol y enlazaria al venado, lo arrastraría hasta el árbol para que no corriera y lo mataría con la hacha.
Y así, amarró la cuerda, y apunto al venado, sintiendo el latido de su corazón en sus oídos se acercó lentamente y lo enlazo.
El animal se movió con gran furia, Alicia a este punto quería llorar, no quería lastimar a un animal indefenso pero la situación del rubio lo ameritaba.
Lo jalo lo más que pudo al árbol para que no se moviera, volvió a amarrar y tomo el hacha.
( Perdonamemacarionolohagopormal)
Y con todas sus fuerzas corto su cuello desprendiendo su cuerpo de su cabeza.
Alicia llena de sangre, vomito.
Recomponiendose, desamarro por completo la cuerda del árbol y amarró al venado para llevarlo con la alcaldesa.
(Que son cinco kilómetros para mí...)
[...]
Se podía ver a la alcaldesa fuera de su casa, en el pórtico, esperaba pacientemente a que Alicia llevara a rastras y con su último aliento el venado hasta sus pies.
—¡licha! No me dejas de impresionar, un venado ahora—
—callese y pagueme—
La alcaldesa se rió y le indico que la siguiera.
Ya en el despacho le dio a Alicia quince monedas de oro.
—se vendio muy bien la carne de lobo, pero la cabeza fue una reliquia aunque haya sido de un lobo mediano, pero la cabeza del venado se venderá mejor—
(Estúpido, eso aumenta el precio)
—entonces comprenderás que quince es poco, este es uno grande y sus astas con preciosas...—
La alcaldesa la vio con una sonrisa, y asintió con la cabeza.
—¿Cuánto?—
—treinta—
—¿¡Treinta!?—
—la cabeza por si sola pueda darlo a veinticinco, y el cuerpo tal vez ocho o diez si encuentra un incautó, pero se que usted también debe de ganar, ambas debemos de ganar—
La alcaldesa se rió un momento.
—licha, licha...está bien, pero para la próxima quiero dos conejos y si puedes algo más estaría bien—
—hoy se los traigo—
—¿¡Hoy!?, ¿tú no descansas o si?, una muchacha trabajadora en su totalidad—
La alcaldesa río y por primera vez Alicia río con ella.
[...]
Alicia volvió al bosque, ya era de noche, pero decidió dormir en el por esta noche, no dejaba de pensar en lo horrible que estaría el rubio, la ansiedad y el temor que tendría.
Alicia suspiro, camino por el bosque con la luna como única compañía y fuente de luz y sostuvo su hacha fuertemente, escucho algo y se detuvo.
Un zorro acechaba a un conejo.
Alicia sonrió y utilizando la cuerda se acercó sigilosamente al zorro, y con cuidado y rapidez lo enlazo al cuello y lo jalo, el zorro en un intento desesperado mordió el antebrazo de Alicia, sangre salía de este.
Con la hacha corto el cuello del zorro degollandolo, lo dejo caer en el piso y se apresuró a cortar la manga de la sudadera y utilizarla para su antebrazo.
Aquel zorro había vuelto a dañar el brazo que apenas curaba.
(Mierda...)
Había podido llegar aún mas profundo que el lobo.
Se sentía cansada así que se subió a un árbol, asegurándose de que la herida no la desangrara y que el dinero estuviera bien escondido, durmió.
(Que se joda la alcaldesa)
[...]
Al despertar reviso la herida, se sentía un poco mareada por la sangre pero aún tenía que cazar los conejos y lo más que pudiera.
Bajo del árbol y siguió caminando, observo un río y se lavo la cara, pensó un momento y tomo agua de este.
(Es hora de investigar si me dará una infección estomacal)
Encontró lo que parecía una madriguera de conejos al otro lado y fue a investigar.
Alicia al confirmar que eran conejos comenzó a escarbar, en menos de lo que esperaba salieron conejos de todos lados, solo pudo tomar cuatro.
Los amarró y con algunas lágrimas les rompió el cuello a cada uno.
(Ya no quiero, que horrible, yo nada más quiero el dinero)
Regreso a la aldea al acabar de amarrar toda su caza.
[...]
—ya no te vi ayer, ¿Que te paso?—
La alcaldesa le sonrió con burla al ver su brazo totalmente vendado.
—callate, traje cuatro conejos y el zorro—
—me mal acostumbraste, yo pensé que traerías un oso—
—operate del cerebro, te falla—
La alcaldesa río y le dio siete de oro.
—a propósito uno de tus pretendientes está en la cárcel —
Continuará...
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Mis amados esposos.
RandomAl defender a su familia de un asaltante y morir, Alicia es transmigrada a un mundo del matriarcado, donde las mujeres son el pilar y las que mantienen a la familia, mientras los hombres son los que se quedan en casa. Lo más sorprendente para Alicia...