4.-casa

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Al despertar Alicia tenía mucha hambre, hasta donde recuerda no había comido nada el día de ayer gracias a todo el desastre que sucedió.

(¿Venderán comida aquí?)

En el piso en el que dormía se dio la vuelta y abrió los ojos encontrándose con Ethan a su lado.

—aqui es donde me preguntó, ¿Para que pagamos la cama?—

—¡No podía dormir más cómodamente que tú!, eres la mujer se supone debías de dormir en la cama y yo en el piso—

—...no te entiendo la verdad...¿sabes donde venderán comida?—

—¿A que te refieres?—

( Mi culo capitalista llora...)

—nada...hay que conseguir comida—

[...]

Después de comprar la comida con un amable señor que se ofreció, fueron por segunda vez con la alcaldesa.

—¡licha!, ¿cazaste algo grande otra vez?—

Alicia vio de mala manera a la alcaldesa, tenía por seguro que le devolvería la humillación.

—no, venía a comprar una casa—

—oh jo jo, un nidito de amor para la gran mujer que eres, veo que ya tienes un esposo, ¡No pierdes el tiempo lichita!—

Alicia estaba a punto de golpear a la alcaldesa, pero su razocio se lo impidió y con simplicidad hablo.

—no es mi esposo, es solo un amigo—

La alcaldesa solto otra carcajada y con sarcasmo respondió.

—sii, fíjate que yo tengo diez grandes amigos—

Alicia volvió a ver mal a la alcaldesa.

—bueno como sea, ¿hay buenos lugares?.—

—para tu presupuesto si, ¿Ya habías pensado en algo?—

— lejos de la gente y cerca del bosque—

—eres muy de esas verdad—

Alicia no sabía a qué se refería y la alcaldesa se volvió a reír.

—me agrada la gente que le importa su intimidad, y se perfectamente donde acomodarte—

Alicia suspiro y siguió a la alcaldesa.

[...]

El lugar quedaba a cinco minutos caminando de la casa más cercana, era una casa grande de un piso rodeada de árboles que daban sombra a toda la propiedad, atrás de esta había un pequeño río y al cruzarlo se encontraba el bosque a plenitud.

—me gusta, es lindo el lugar...¿Tu que dices Ethan?—

Ethan se sorprendió, los hombres y menos de clase baja se les preguntaba cualquier voluntad, a lo máximo que podían aspirar a ser eran sirvientes, prostitutos o esposos secundarios, jamás podían dar opinión si no querían ser castigados y al presentar está increíble oportunidad se puso nervioso.

—¿Me estás preguntando...? ¡Si! Me gusta...solo si a ti te gusta—

—?...pero ¿si o no?—

—si a ti te gusta a mí definitivamente me gustará —

—?... Pero tú, a tu opinión, ¿Te gusta? O preferirías mejor que buscáramos otro lugar—

—me gusta porque a ti te gusta—

—?...—

[...]

Después de algunos momentos más, finalmente decidieron comprar el lugar, Alice supuso que Ethan era una persona introvertida así que pondría a prueba la casa, si Ethan mostraba signos de que no le gustaba se cambiarían, de lo contrario, se quedarían.

Mis amados esposos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora