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NICKI
Han pasado ocho semanas desde que Logan y yo comenzamos a salir, y nuestra relación, aunque aún no formalizada, se ha sumergido en una burbuja de complicidad y pasión. Cada momento juntos está cargado de besos furtivos y risas compartidas. Las tardes se transforman en escenas de ternura, donde nuestras miradas se encuentran en llamas y nuestros toques parecen incendiar el aire. Pero en medio de esta burbuja de felicidad, la voz de mi padre resuena con una dureza que me arrastra de vuelta a la realidad.
Estamos en la entrada del circuito de Hungría, pasando nuestras credenciales por el lector del torniquete. El sonido metálico del torniquete girando resuena en el pasillo, mezclándose con el murmullo de los preparativos para la carrera.
-¿Has visto a Logan? Necesito hablar con él -pregunta mi padre de repente, con un tono que me hace estremecer.
Una ola de frío me recorre la espalda. ¿Qué querrá discutir con él? De repente, me asalta una inquietud: ¿habrá sido el padre de Logan quien le ha dado la noticia? Mis pensamientos se agitan mientras lucho por mantener una expresión neutral. La mera idea de que mi padre descubra lo que está ocurriendo entre nosotros envía un escalofrío helado por mi columna.
Recuerdo claramente la advertencia de mi padre: "Está de más decir que no puedes involucrarte con nadie del equipo, y mucho menos con alguno de mis pilotos. No quiero tener que despedir a nadie". Sus palabras, firmes y tajantes, aún persiguen cada rincón de mi mente. Mi padre es un hombre de principios férreos y expectativas inquebrantables. No tolera desobediencias ni desviaciones de sus órdenes, y lo que Logan y yo estamos haciendo cruzo peligrosamente esa línea.
-Nicki, ¿has visto a Logan? -repite mi padre, su tono sugiriendo impaciencia.
Puedo imaginar su rostro si descubre lo que está pasando entre nosotros: el ceño fruncido, la mandíbula tensa, los ojos brillando con decepción y furia. No solo sería un golpe personal, sino también profesional. Mi padre tiene el poder de arruinar la carrera de Logan con un solo movimiento. En el despiadado mundo de la Fórmula 1, con la influencia de Lorenzo Rossi, eso podría significar el fin de una prometedora carrera en un abrir y cerrar de ojos.
-¿Nicki? -La voz de mi padre me saca de mis pensamientos, su mirada inquisitiva fija en mí.
Trago saliva, intentando mantener la calma.
-No, papá, no lo he visto -miento, esforzándome por sonar convincente.
Mis pensamientos vuelven a Logan: sus besos, su risa, los momentos de ternura y pasión que compartimos en secreto. Ahora, esos recuerdos están amenazados por la sombra de mi padre y sus expectativas. La tensión entre lo que quiero y lo que debo hacer es palpable, como una cuerda floja en la que me tambaleo peligrosamente.
Llegamos a la zona de los boxes, donde los equipos se preparan frenéticamente para el fin de semana de carreras. El olor a goma quemada y aceite se mezcla con el sonido constante de herramientas y motores. Mi padre se detiene y se vuelve hacia mí, su expresión ahora más suave pero igual de firme.
-Si ves a Logan, dile que lo estoy buscando -me dice, dándome una última mirada antes de dirigirse hacia los boxes.
Asiento, sin confiar en mi voz para responder. Mientras lo veo alejarse, respiro hondo, tratando de calmar el torbellino de emociones dentro de mí.
Me dirijo hacia mi oficina, avanzando por los pasillos de Aether. Las paredes blancas y modernas, adornadas con un par de fotos de momentos realmente icónicos, no logran distraerme de la creciente preocupación en mi mente. Cada paso que doy resuena en el eco de mi decisión. No es solo lo que siento por él lo que está en juego; es la carrera de Logan, su sueño de toda la vida. Sé cuánto significa para él estar aquí y no puedo permitir que lo nuestro lo arruine.
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Curvas Peligrosas [Finalizada]
RomanceNicki y Logan se consideran mutuamente las personas más insoportables. Sin embargo, su relación da un giro radical cuando comienzan a trabajar juntos en un proyecto que los obliga a pasar una gran cantidad de tiempo en estrecha colaboración. A medid...