9 ; cita

287 38 0
                                    

Megumi no se consideraba una persona fanática de las fiestas o lugares llenos de gente.

En realidad porque nunca estuvo en lugares así, o al menos en lo que cabe el término "fiesta".

Pero de todos modos el hecho de pensar en que en un solo lugar habría más de doscientas personas, sudando, música fuerte, gritando, niños... solo hacía que le doliera la cabeza.

— es en tres semanas igualmente — la voz de itadori lo trajo de nuevo a la realidad. Era miércoles y se encontraban almorzando en el departamento.

— e-eh... claro, iremos — respondió sonriendo. Yuuji frenó sus movimientos.

— nunca fuiste a una fiesta, ¿verdad?

— no... tal como lo dice la palabra no, solamente recuerdo que hacían los cumpleaños de algunos niños en el orfanato de vez en cuando, pero todo terminaba a las nueve de la noche — el pelirosa lo miró.

— seguro se te hará incómodo y más con la mezcla de olores de esos lugares — el omega odiaba que puedan leerlo tan fácil. ¿tanto decía su rostro? Itadori rió y este le vió confundido. — te ves lindo haciendo puchero, pero tranquilo, si llegas a sentirte incómodo podemos irnos — el azabache evitó la mirada y solamente metió un pedazo de carne a su boca.

— no quiero arruinarte la diversión, después de todo es el casamiento de tus amigas, ¡encima eres el padrino de nobara! no quiero que quedes mal con ellas... — habló luego de tragar.

— megumi, haré lo que pueda para que estés bien, no te preocupes por nada, ¿si? — él asintió. — además puedo hacer algo para que los aromas no te mareen — el de ojos verdes lo miró. Yuuji al final dudó en si decirlo. — puedo... puedo marcarte con mi aroma, o simplemente estar cerca de vos para que estés bien

— creo que con la primera opción esta bien, no quiero que te quedes conmigo pegado si eso significa que no vas a divertirte — el alfa suspiró.

— quiero que sepas que cualquier cosa que te pase ese día me lo cuentes, ¿bien? así sea que te duele la cabeza o no sé, cualquier incomodidad que sientas me puedes contar — megumi sintió su corazón acelerarse, solo sonrió y asintió.

Así, el almuerzo continuó con charlas de ambos contando su día.

— ¡casi olvido decirte! — el menor levantó la vista para ver al chico que se levantó corriendo hacia su mochila de la escuela, de donde sacó una caja.

—¿qué es eso? — preguntó cuando le tendieron la caja. Lo sacudió y escuchó que había algo dentro.

— un regalo — sonrió de forma inocente itadori, megumi lo miró sorprendido.

Rasgó el papel y de ahí vió la caja de un celular nuevo. — no puedo aceptarlo — dijo mirando al alfa y este puso expresión triste.

— ¿¡por qué!?

— es... un regalo caro y no, no puedo, es tu plata y-

— megumi, vos valés y merecés mucho más de lo que cuesta este celular — el pelirosa colocó sus manos sobre las del azabache, esto hizo poner nervioso a megumi por la cercanía. — además, estoy dispuesto a gastar hasta el mínimo centavo por vos, no importa lo que cueste, si puedo dártelo lo haré — le sonrió y le dió un beso en la frente, las mejillas del menor se pusieron rosadas.

el omega soltó una risita nerviosa y miró a los ojos al chico en frente suyo. — me estás dando demasiado que siento que no merezco nada de esto y que seguramente sea un sueño que voy a despertar en cualquier momento — itadori quitó el regalo del regazo de megumi y entrelazó sus dedos, ambos corazones latiendo con felicidad por el toque.

— me gustaría que fuéramos a una cita, mañana

୨୧┈┈┈┈୨୧┈┈┈┈୨୧

Y ahí estaba el omega parado frente a tres opciones de outfits para ir a la cita con itadori.

Estaba envuelto en una toalla por la cintura y su cabello húmedo goteaba agua que caía en su pecho mientras observaba con detenimiento la ropa tendida en la cama.

El reloj en la pared marcaban las cinco de la tarde, en una hora llegaría yuuji de la universidad e irían a cenar a un restaurante.

Ya decidido, empezó a secar su cabello para luego peinarlo y lograr que se vea bien. Después agarró el pantalón de tiro bajo que le habían comprado la semana pasada, seguido de la remera blanca sin diseños, terminando de vestirse por unas vans.

Se observó en el espejo y fue girando su cuerpo para verse. Cree que se ve bien, suelta un suspiro y
mira de nuevo la hora, eran las cinco.

En cualquier momento llegaría yuuji. Y cuando decía en cualquier momento era que ya había escuchado la puerta principal abrirse.

— hola megumi~ — saludó viendo como el omega se asomaba por la puerta de su habitación con una sonrisa, caminó hasta el pelirosa quedando frente a él. — que bonito estás — el azabache sonrió y recibió un beso sobre sus cabellos.

— ¿a donde iremos?

— tengo planeado varias cosas, espero que estés listo para caminar mucho — ambos se sonrieron y yuuji fue a cambiarse su ropa del internado rápido antes de que comenzara su cita.

winter flowers ; itafushiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora