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Megumi se encontraba feliz.

Si, se le podía notar en cada poro de su piel la felicidad que enmanaba el omega. Estaba emocionado por poder ir a conocer al bebé de inumaki y yuta por fin, luego de 48 horas.

Se encontraban de camino al hospital que se les había indicado y cuando llegaron, el azabache casi que era capaz de saltar del auto con tal de ir corriendo a la zona de neonatos.

Itadori agarró la mano de su novio y ambos ingresaron al sanatorio en donde preguntaron en la recepción por la habitación en donde se encontraban sus amigos.

Al recibir la afirmación subieron por el ascensor al tercer piso buscando la habitación 55 de la zona neonatal. Al encontrarla tocaron la madera levemente.

Detrás de esta se escuchó un "adelante" y por fin pudieron ingresar.

— ¡yuuji! ¡megumi! — saludó el pelinegro abrazando a ambos. — me alegra que hayan podido venir

— nos alegra poder acompañarlos también, gumi estaba muy emocionado de conocer a daisuke — dijo sonriendo viendo como su pareja se acercaba a toge para saludarlo a él y al pequeño peliblanco que se encontraba en sus brazos.

Era pequeño, juraba que entraba un solo brazo suyo. Eran gorditos e indefensos.

Ver al cachorro de toge solo lo hizo desear querer mucho más un bebé con yuuji.

— ¿te gustaría alzarlo? — ante la pregunta sus ojos brillaron y asintió. En sus brazos segundos después fue depositado el peso del bebé.

Megumi observaba con ojos de amor al pequeño, quería cuidarlo y meterlo en una cajita de cristal para que nada ni nadie le hiciera daño.

Era demasiado frágil y liviano como una pluma. Su corazón se siente explotar. Y esto aumenta cuando siente al recién nacido acomodarse en su pecho en busca del calor corporal.

— es muy lindo — comentó sonriendo, aún observando los pequeños detalles del bebé.

— si, es una ternura — expresó el omega oji morado y vio como megumi le devolvía a su hijo. Quien nuevamente se durmió en brazos su padre.

— quien te viera siendo padre, toge — habló riendo itadori acercándose para dar caricias en la cabecita del recién nacido.

— callate que luego ya te veo a ti en unos meses cambiando pañales — dijo con una sonrisa burlona.

— ah no, los bebés no van conmigo, no me veras cambiando pañales — tomó asiento en un sofá al lado de la cama. — mi destino es ser el tío millonario que lleva a sus sobrinos de viaje

Megumi sabe lo que escuchó y ahora piensa que está en problemas.

¿qué haría sin en verdad quedaba embarazado y yuuji lo dejaba?

No tendría lugar a donde ir.

Ahora si que la había cagado. Y en grande.

winter flowers ; itafushiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora