10 ; celos

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Ambos chicos salieron del departamento del mayor empezando a caminar por las calles que aún estaban en algunas partes cubiertas de nieve blanquecina.

Megumi observaba el paisaje, habían decidido no utilizar el auto de yuuji en esa noche ya que querían caminar.

— ¿ahora si me dirás a donde vamos?

— iremos a un restaurante primero — sonrió el alfa y pasó un brazo por los hombros de megumi para abrazarlo, este también sonrió, pasando un brazo por cintura del otro para quedar abrazados mientras caminaban.

En media hora, ya habían llegado a las puertas de un restaurante que se encontraba todavía decorado con diseños navideños, aparte de tener un árbol de navidad enorme que tenía adornos de comida colgados por las ramas de este.

El azabache siguió a su compañero y se acercaron a una chica que estaba en el pequeño lobby que había antes de entrar totalmente al restaurante.

— buenas noches, tengo una reserva a nombre de itadori yuuji — habló el pelirosa, el otro le esperó unos pasos atrás suyo, sintió una brisa fresca ingresar de afuera, tuvo un escalofrío y se abrazó para quitarse el frío.

Se replanteó el error de no haber traído un abrigo.

— sígame señor — la voz de la chica y ver la mano de itadori extendida hacia él lo volvió a la realidad. Agarró la mano del chico y caminaron lado a lado hasta la mesa de dos. — tomen asiento — cuando yuuji se sentó, el azabache vió como la beta que los atendió, dejaba "disimuladamente" un papel escrito al lado de su acompañante. Frunció el ceño.

— muchas gracias — sonrió el alfa y megumi sintió su estómago revolverse. ¡Claramente no era de felicidad! lo de recién podría haber matado a las mariposas de su vientre. — ¿sabes que vas a pedir? — preguntó una vez la chica se fue.

"que no se haga el estúpido, seguro si vio el papel ese y ahora le va a mandar mensaje, ¡me quiere distraer para que no lo vea!" Fueron los pensamientos de megumi en el momento que le habló. Trató de guardar la calma.

— si — respondió con una sonrisa forzada. — ¿...vos? — intentó no sonar tan seco y preguntar también.

— creo que me voy a pedir sushi — hizo cara de asco.

— estas por pedir pescado crudo...

— ¿pero es rico? — el oji verde miró el menú con detenimiento. Había entre elecciones de pasta hasta carnes y mariscos.

— yo creo que voy a comer algo de pollo con jengibre

— no sabia que te gustaba — megumi al estar distraído leyendo lo demás, subió su mirada rápidamente hacia el chico frente suyo con mirada
confundida, claramente creyendo que no escuchó bien lo que dijo.

Una vez entendió, sus mejillas se tornaron rojas y escondió su cara con la carta. — n-no suelo decir mucho de mi... no me gusta

— pues deberías, a mi me interesaría escucharte

— no tengo mucho que contar tampoco... — yuuji parecía que iba a decir algo pero la mesera se acercó a tomar los pedidos.

Los dos pidieron y megumi pareció volver a recordar el por qué no quería hablar con el chico. ¡En realidad lo recordó porque él, ÉL, megumi, había visto con sus propios ojos como los dedos de itadori envolvían ese papel para doblarlo y guardarlo en el bolsillo de su buzo!

Sus pies golpearon de forma silenciosa el suelo casi que en forma de berrinche inconsciente.

— ¿estas bien? — itadori pregunta tras ver el pequeño puchero que se formaba en los labios del omega, quien al verlo trató de cambiar su expresión.

— si... perfecto — dijo mientras bebía un sorbo del jugo que se pidió hace un rato.

Yuuji decidió no seguir preguntando sobre el tema y lo cambió, recibiendo cortas respuestas del otro chico.

Cuando se sirvió la comida megumi llenaba su boca de comida casi como excusa de "no poder contestarle" por educación a no hablar con la boca llena.

Según él tenía bien controlado sus emociones pero en la perspectiva de itadori solo se podía ver a un tierno azabache haciendo puchero con el ceño fruncido. El pelirosa sonrió.

Luego del restaurante, megumi se encargó de mirar feo a la chica que "trató de coquetear con su casi algo" y también se encargó de que ella misma viera sus manos unidas.

Sonrió con burla al ver como esa misma beta los miraba con enojo. Megumi supo que ganó y se apoyó sobre el brazo de su acompañante.

— ¿iremos a otro lado? — ahora el omega había cambiado su expresión a una sonrisa e itadori creía no comprender al chico.

Yuuji asintió. — iremos a la feria — con las manos entrelazadas, caminaron hasta la plaza principal en donde se encontraban un montón de gente y puestos de ventas con variedad infinita de cosas. Entre artesanías, comidas, ropa y juguetes.

Ambos empezaron a caminar entre las personas, deteniéndose de vez en cuando en algunos puestos a ver cosas que les hayan llamado la atención.

Megumi en su cabeza se seguía arrepintiendo por no haber llevado abrigo, era casi media noche y estaban en pleno invierno, pudo haber sido el único loco en llevar remera manga corta sin pensar en las bajas temperaturas que harían en el exterior.

Cerró sus ojos aguantando un estornudo que amenazaba con salir de su cuerpo. — toma — la voz de itadori lo distrajo y miró al chico a su lado que ya no sostenía su mano, si no, sostenía su buzo negro.

Y se lo estaba entregando. — ¿para mi?

itadori rodó los ojos riendo. — claro que es para vos, estabas temblando hace un rato, no te preocupes por mi, usalo vos que estas mas desabrigado — el omega asintió y tomó el abrigo colocándoselo.

Este le quedaba perfecto de largo, a pesar de que le quedaba como una bolsa de papas a los costados por la diferencia de cuerpos que tenían entre ellos.

Si bien tenían casi la misma altura, megumi siendo unos centímetros mas pequeño que itadori, este último era mucho más atlético y musculoso
que él.

El azabache al colocarse el abrigo, el aroma a café del alfa lo invadió e hizo calmar su cuerpo al instante, se sentía bien.

Era como esa misma sensación de protección cuando de niño te tapabas con una sabana para que el mounstro inexistente del armario no te matara. Esa era exactamente la sensación que el aroma a café provocaba en él.

— ¿ya no sientes frío? — el omega negó aún teniendo su nariz pegada al borde de la ropa, su mano derecha agarró la de itadori y siguieron caminando luego de eso.

Megumi decidió guardarse para si mismo las emociones que hace un rato había sentido dentro de aquel restaurante y se olvidó por completo la razón de su enojo.

Porque yuuji podría hacerlo enojar, pero con una pequeña acción haría que rápidamente esté corriendo a sus brazos nuevamente.

Con una sonrisa, decidió seguir disfrutando su primer cita. Con la persona que la hacía feliz, bajo la luz de la luna y en presencia del invierno.

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nota autora: imaginen a megumi con la canción de training wheels de melanie martinez en la parte de la feria, es para mayor imaginación de como se siente

winter flowers ; itafushiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora