28 ; rainbow

143 20 1
                                    

El omega empezó a cobrar consciencia casi una hora después de que lo hayan anestesiado.

Su cerebro daba vueltas y sentía que su cuerpo tenía una enorme piedra aplastándolo cada vez más.

— ¿megumi? — de nuevo la voz de Yuuji lo hacía recuperar sus fuerzas, movió su cuello hacia un costado buscando a su pareja. Este agarró su mano.

— ¿qué pasó? — logró formular, despacio, casi como un susurro.

— ¿Lo sabías? — no hacía falta explicar con manzanas para saber de que hablaba.

El azabache ignoró su mirada. Negó levemente. Escuchó un suspiro frustrado del alfa.

— yo... no sabía nada — estaba sensible y su voz se había quebrado debido a la culpa que empezó a carcomerle el pecho. Luego fue rodeado por unos cálidos brazos, sus lagrimas salieron libremente.

— prometo prestarte más atención gumi, esto no volverá a pasar — besó su cabeza y el menor se aferró a él descargando todo su peso.

— esto es mi culpa, tuve que haberte comentado sobre lo que hacía antes de todo y no hice eso — habló entre hipidos e Itadori acariciaba su espalda con amor.

— tranquilo, ya pasó — a pesar de estar un poco enojado consigo mismo, no podía tampoco culpar al omega.

Él en su caso tampoco podría haber controlado los impulsos que imponían muchas veces sus animales internos.

Él en algún momento también había deseado tener una familia con Megumi. Pero sabía que aún era muy pronto para aquello.

୨୧┈┈┈┈୨୧┈┈┈┈୨୧

Para el final del día ya le habían dado de alta de la guardia.

Ahora el omega se encontraba dormido en el pecho del alfa, aferrado como si fuera un peluche que no quiere soltar, con su rostro rojo con marcas de lagrimas secas de hace unos minutos.

Yuuji abrazaba el cuerpo con uno de sus brazos y con el otro ocupaba su teléfono para comentarle la
situación a sus amigos. Ellos prometieron ser discretos con el tema hasta que haya pasado un tiempo.

Por el momento el pelirosa podría pedirse unos días de vacaciones, no le preocuparía pasar una semana abrazado a su pareja todo el día.

Pero habia algo en su novio que sabía que no estaba bien.

Quería hablarlo con él, pero pensaba que un profesional sería mejor en estos casos.

Buscaría un psicólogo para el ojiverde, queria ayudar a que esté mejor. No podía permitirse ver a su otra mitad cayéndose a pedazos y solamente observar desde afuera para no invadir su privacidad

Prefería actuar lo antes posible.

Con ambas manos ahora agarró el teléfono para buscar el contacto de Shoko. Ella conocía a una psicóloga que podía serle de ayuda.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 24 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

winter flowers ; itafushiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora