7 ; cortejo

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Itadori luego de consumir un tranquilizante, a los pocos minutos, su cuerpo se encontraba adormecido al igual que su mente, siendo incapaz de formular movimientos rápidos o contestar al instante.

Nobara salió con megumi del baño y vio a su novia con yuuji recostado sobre su hombro con la vista perdida. El azabache miró la escena y se sintió un poco culpable, la mujer a su lado le dió un toque en su hombro.

— no te sientas culpable — empezó. — si bien es la primera vez que pasa, yuu sería incapaz de lastimar a alguien, su alfa tampoco lo haría y menos a su destinado — todo esto lo dijo en voz baja y tranquila, casi como una canción de cuna para los oídos del omega.

— esto... ¿esto puede volver a pasar? — la castaña parecía pensarlo.

— es raro que hayas inducido su celo, normalmente no lo hace, no te preocupes tampoco por eso, en todo caso puedes avisarnos y estaremos aquí en minutos — la sonrisa que le regaló la alfa lo tranquilizó en gran medida. Volvió a observar a yuuji y este ya se encontraba dormido.

— creo que tenes que hablar con él después megumi — el chico asintió. — la pastilla que te dio kugisaki detuvo tu aroma, eso significa que el alfa de itadori ya no te buscará hasta el siguiente mes — volvió a asentir en comprensión.

— gracias por ayudarme

— no es nada megumi, después de todo eres su amigo y posiblemente destinado, seria hermoso ver a ambos juntos — piensa nobara mientras se acerca a su pareja seguida de megumi.

— ¿como sabes que son destinados?

— sexto sentido, además, de que el universo en algún momento empezará a dar señales de que tienen que estar juntos — hizo señas con su mano simulando algo grande.

— ¿estamos destinados a estar juntos? — pregunta el omega.

— sip, para toda la vida — explica la castaña. — aunque puedes romper el lazo y morir de tristeza... — maki le dió un golpe suave en la cabeza — ¡ay! ¡duele!

— te pegué despacio encima — la peliverde se cruza de brazos. — no la escuches megumi, aveces no sabe lo que dice

El pelirosa que estaba al lado de la alfa de pelo verde, empezó a moverse como si estuviese a punto de despertar. Nobara miró a su pareja y luego al omega.

— creo que ya es hora de que nos vayamos, hablá con yuuji al respecto del tema, y también decile que esté pendiente al cel, que no se haga el estúpido — ambas chicas sonrieron y megumi correspondió a esa sonrisa.

— me alegra saber que eres el destinado de itadori, te conozco de hace unas horas pero creo que no habría mejor persona para él que vos — la peliverde colocó una mano en el hombro del chico sonriendo.

— ¿gracias? de todos modos itadori no se ve como una persona que quiera una relación...

— créeme que es el hombre ideal de cualquier persona, y que si no fuera lesbiana posiblemente me hubiera enamorado de él — maki le miró de reojo. — ¿qué? estoy diciendo la verdad...

— ya vamos que dejamos a luna sola — agarró la mano de su novia y caminaron hasta la puerta. — hasta luego megumi, un gusto conocerte

— ¡habla con yuuji! — fue lo ultimo que dijo nobara antes de que la puerta se cerrara ante sus ojos.

— ¿de que vas a hablar conmigo? — una voz suave se escuchó a sus espaldas y pegó un saltito en su lugar ante el susto. Yuuji rió. — pareces un gatito

— callate — se cruzó de brazos. — es un tema serio esto...

itadori vio a megumi quedarse parado detrás del sofá de donde él estaba sentado.

— según nobara... todo esto fue causa de que somos destinados, y tu... ¿alfa? actuó por instinto y buscaba reproducirse — la cara del oji avellana ahora era de sorpresa. Con la confesión se le había ido todo el sueño que recientemente tenía.

— ¿de... destinados? — megumi asintió. — pero tuve que-

— mi aroma estaba oculto cuando me conociste, ¿te acordas? por esa razón no pudiste sentir la conexión

itadori ahora parecía entender la situación.

— déjame cortejarte

— ¿eh?

— dame cuatro meses para enamorarte — yuuji sonrió y megumi sintió su corazón empezar a latir fuerte por el nerviosismo.

— ¿enserio deseas hacerlo? — habló trabándose un poco a la hora de hacerlo.

— déjame intentarlo, y dejare de hacerlo si así vos lo querés

el azabache evitó su mirada por la vergüenza. — b-bien... te doy los cuatro meses para que me cortejes

winter flowers ; itafushiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora