Narrador
Emilie llegó a casa mucho más tarde de lo habitual, agotada después de un turno largo en el hospital. Sus pies dolían, y el cansancio pesaba en sus hombros, pero la idea de ver a Nikto y a la pequeña le daba fuerzas. La lluvia la había empapado en su breve caminata desde la estación, y sus ropas chorreaban agua al abrir la puerta del apartamento.
El lugar estaba sumido en una oscuridad tranquila, solo rota por la tenue luz que provenía de la habitación. Emilie dejó su bolso y el abrigo en la entrada, moviéndose en silencio para no interrumpir el sueño de la bebé. Cuando se acercó a la puerta entreabierta, algo la hizo detenerse.
Dentro de la habitación, Nikto estaba sentado en la vieja mecedora de madera, con la bebé acurrucada en sus brazos. Parecía tranquilo, pero había algo en su postura, en la forma en que sostenía a la pequeña, que le hizo fruncir el ceño. No era la primera vez que lo veía así, pero algo estaba fuera de lugar. Emilie sintió un nudo formarse en su estómago.
Con cuidado, se acercó más. Los ojos de Nikto estaban fijos en un punto lejano, su expresión dura, casi fría. No era el Nikto que ella conocía, el hombre que había compartido tantas noches de risas y preocupación. Este era alguien más. Lo había visto antes, pero siempre trataba de no pensar en ello, de racionalizarlo como simple cansancio o estrés.
—Nikto... —susurró, casi temerosa de romper el hechizo que parecía haber caído sobre la habitación.
Pero él no respondió, no de inmediato. La bebé se movió ligeramente en sus brazos, y solo entonces él bajó la mirada hacia ella, como si estuviera recordando su presencia. Cuando sus ojos finalmente se encontraron con los de Emilie, no había rastro de dulzura en ellos. Eran ojos fríos, calculadores, llenos de una extraña calma que la hizo retroceder un paso.
—André —murmuró Emilie, reconociendo al instante quién estaba frente a ella. André, la otra faceta de Nikto que rara vez salía a la superficie, pero cuando lo hacía, transformaba completamente al hombre que ella amaba.
André sonrió, una sonrisa que no alcanzó sus ojos, y se inclinó ligeramente hacia la cuna, dejando a la bebé con una delicadeza que contrastaba con la frialdad en su rostro. Luego, se levantó, con movimientos lentos y precisos, como si estuviera midiendo cada gesto.
—No debiste volver tan tarde, Emilie —dijo, su voz suave pero cargada de una autoridad que no pertenecía a Nikto. —Los niños necesitan a sus padres. Todos ellos.
El corazón de Emilie latía con fuerza, pero sabía que tenía que mantener la calma. André no era violento, nunca lo había sido, pero su presencia era perturbadora, impredecible.
—Estoy aquí ahora —respondió, manteniendo su voz firme. —Gracias por cuidarla.
André la observó por un largo momento, como si estuviera evaluando cada palabra, cada microgesto en su rostro. Finalmente, asintió, aunque la tensión en la habitación no disminuyó. Emilie sabía que André eventualmente desaparecería, que Nikto volvería, pero hasta entonces, tendría que ser cautelosa.
—Descansa, André —añadió, dando un paso hacia la cuna, su atención ahora en la bebé. —Yo me encargaré de ella.
André no respondió de inmediato. En cambio, sus ojos se posaron nuevamente en la pequeña, su expresión se suavizó apenas un instante antes de volverse a Emilie.
—No somos tan diferentes, tú y yo —dijo finalmente, antes de girar sobre sus talones y salir de la habitación sin hacer un ruido.
Emilie se quedó allí, inmóvil, observando la cuna, su mente intentando procesar lo que acababa de suceder. Sabía que tendría que hablar con Nikto sobre esto, pero no ahora. Ahora, su prioridad era la pequeña, y asegurarse de que, cuando Nikto volviera a ser él mismo, no estuviera solo en enfrentar esta oscura faceta de su mente.
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In the Sights. - [Nikto x Fem Reader]
Fanfiction✦•······················•✦•···················•✦ Todo ocurrió debido a las consecuencias de un error que el no había cometido. Su mundo había desaparecido cayendo en la realidad de que la gente solo lo veía como un lunático o eso creía hasta que la...