Capítulo Dieciséis

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Aún con los ojos medio cerrados por el sueño. Me estiré y bostecé antes de decidir que era hora de levantarme de la cama. Me puse mis pantuflas y me dirigí hacia la cocina, esperando un desayuno reconfortante.
Pero a medida que me acercaba, noté que algo era diferente. Podía oír voces provenientes de la cocina, y reconocí la voz de mis padres. Mi curiosidad se despertó, y decidí acercarme sigilosamente para escuchar lo que decían.
Me escondí detrás de la puerta, tratando de no hacer ruido mientras mis padres hablaban con Nicolle. Escuché a mi mamá contarle los detalles de mi regreso de París. Mis ojos se abrieron de par en par cuando mencionó las noches en vela frente al monitor, el rechazo a la comida, las pesadillas nocturnas y mi carácter depresivo. Era como si estuvieran describiendo el infierno que viví durante el primer mes después de regresar a casa.

 Era como si estuvieran describiendo el infierno que viví durante el primer mes después de regresar a casa

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-Fue realmente difícil para él -escuché a mi mamá decir con preocupación en su voz-. Parecía tan perdido y triste. No podíamos entender qué le había sucedido en París.
Nicolle respondió con calma y comprensión.
-A veces, los viajes y las experiencias pueden afectarnos de maneras inesperadas -dijo-. Es importante brindarle apoyo y comprensión. Estoy segura de que Archie superará esta etapa difícil.
Mis padres asintieron y agradecieron las palabras de Nicolle. Me sentí abrumado por la sensación de que habían estado preocupados por mí y me habían estado observando en silencio. No quería que se preocuparan, pero al mismo tiempo, me reconfortaba saber que estaban ahí para mí.
-Él hizo una buena amistad con Eric -masculló Odette-. Más que el regreso, lo que le dolió en verdad fue separarse de él.
-Archie es muy apegado a sus amistades -señaló papá después de un suspiro.
-Es mucho más que eso, Archie y Eric eran...
Se me aflojaron las piernas. No le había dicho a mis padres directamente que Eric y yo éramos más que amigos. No estoy preparado para esa caída.
Nicolle prosiguió.
-Eran amigos íntimos.
Amigos íntimos. Repetí en la mente y exhalé.
-Lo sé, de eso no cabe dudas -afirmó Odette.
-Pienso que Archie nunca ha llegado a sanar sus trastornos mentales del todo, que el TLP nunca ha terminado -se desahogó mi padre- No sé qué tan efectivo haya sido sus prácticas recientes del budismo, él parece impertérrito, como si nada le importara. Pero no me convence.
-No sirve oponernos a lo que él decida, él es el único capaz de encontrar las herramientas para sanar, solo me asusta que las utilicé de forma compulsiva, él es bastante obsesivo compulsivo con las cosas -añadió Odette.
Miré al suelo, el corazón se me había partido. Nunca me había visto desde fuera, he estado demasiado concentrado en mi interior.
-Estoy agradecida de tener a alguien como tú en su vida, Nicolle, -dijo mi mamá-. Tu amistad significa mucho para él.
Nicolle respondió con calidez en su voz.
-Archie es una persona increíble, y siempre estaré aquí para él. Me alegra poder ofrecerle mi apoyo.
Mientras escuchaba la conversación, sentí un nudo en la garganta. No pude evitar sentirme agradecido por tener a Nicolle en mi vida. Pero aún así siento haber escuchado esta conversación. Mi peor temor es que trascienda a oídos de Eric. Él es demasiado protector. No quiero preocuparlos, tampoco interferir en su vida en estos momentos.

Archibald Connor. Los secretos de la luz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora