Capítulo Veinticuatro

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Llegué a la casa con el corazón en un puño, temiendo lo peor. Había pasado horas buscando a Nicolle y cuando finalmente la encontré, la vi empacando sus cosas con determinación en su habitación.

 Había pasado horas buscando a Nicolle y cuando finalmente la encontré, la vi empacando sus cosas con determinación en su habitación

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Mi voz tembló al llamarla por su nombre, y ella se giró hacia mí con una expresión resignada en su rostro. Le rogué que no se fuera, que no abandonara todo y regresara a París. Pero ella, después de todo el caos que había ocurrido, creía que era lo mejor.
Me aferré a su brazo, desesperado, diciéndole que Chloe no pensaba volver con Emma hasta que esta última demostrara que había madurado. No podía irse a París y dejar toda esa confusión sin resolver. Necesitábamos arreglar el malentendido.
Nicolle asintió lentamente, reflexionando sobre mis palabras. Finalmente, con una determinación en sus ojos, decidió quedarse. Ella era una persona responsable, educada, con principios nobles. Sabía que tenía que hacer lo correcto y enfrentar el problema de frente.

Archibald Connor. Los secretos de la luz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora