Capítulo Sesenta y Seis

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Después de que Megan tuvo aquel encuentro con el padrino de Eric, el jefe de policía Nacional, todo comenzó a cambiar. Ella me habló de Viviana Martín, una abogada de Derecho en extranjería francesa que se encargaría de mi caso. Nunca pensé que una reunión casual pudiera llevar a algo tan prometedor.
La abogada llegó un día a casa de mis abuelos. La vi entrar, con una carpeta bajo el brazo y una sonrisa confiada en su rostro. Su presencia transmitía una calma que me hizo sentir aliviado.
-Hola, Archie -dijo con un acento ligero-. Es un placer conocerte. Soy Viviana Martín, tu abogada. Estaré acompañando tu caso, -dijo seriamente. Vamos a ver cómo podemos resolver tu situación.
-Hola...
Ella se sentó en el sofá, yo me senté en el butacón frente a ella y mis abuelos detrás de mí, de pie.
-No estés nervioso, estamos en confianza. Y... ¿sabes qué? En mis ratos libres dejo la seriedad sentada en el despacho y bailo como los demás.
Los abuelos rieron, yo sonreí.
La escuché atentamente. Su voz era firme y clara, y empecé a sentir la esperanza crecer dentro de mí.
-Tu caso es sumamente fácil de resolver -explicó-. Puedes adquirir la nacionalidad francesa por filiación, es decir, por derecho de sangre. Un niño adquiere la nacionalidad francesa en el momento del nacimiento si al menos uno de los padres tiene nacionalidad francesa.
Me quedé en silencio, asimilando sus palabras. Recordé a mi madre y lo orgullosa que se sentía de ser francesa, aunque yo hubiera nacido en Inglaterra. Me emocioné al saber que esa conexión era suficiente para que yo también fuera parte de esa identidad.
-¿En serio? -pregunté, un hilo de incredulidad en mi voz.
-Sí -confirmó Viviana-. Tu mamá es francesa, según me estuvieron explicando, así que eso aplica directamente. Necesitaré algunos datos sobre ella para poder realizar la solicitud y enviarla al Ministerio de Justicia de Francia.
Las próximas palabras resonaron en mi mente como un eco positivo. Mi corazón se aceleró al pensar en la posibilidad de tener mi nacionalidad.
-¿Cuánto tiempo tomará? -inquirí, la ansiedad pincelando mi tono.
-Una vez que enviemos todo, deberíamos esperar su aprobación dentro de dos semanas.
Sonreí, una sonrisa genuina que no podía contener. Al fin, después de todo este tiempo, podría tener mi nacionalidad. Mi vida tenía un nuevo rumbo, y esa simple reunión con Viviana había comenzado a desatar un futuro que anhelaba.
-Gracias, señora Martín -le dije, sintiéndome agradecido-. Esto significa mucho para mí.
-Estamos aquí para ayudarte, Archie. Vamos a hacer que esto suceda -respondió con confianza.
Mientras hablábamos, la esperanza se mezclaba con cada palabra, y supe que estaba a punto de dar un paso importante. Todo comenzaba a tomar forma, y finalmente sentí que tenía un lugar al que pertenecer.
Mis sueños... Ellos estaban a punto de hacerse realidad, porque los pensé... porque los creí.

Archibald Connor. Los secretos de la luz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora