INCONDICIONAL

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NARRADOR ONMICONCIENTE.

Dorian a sus dieciocho años ya había pasado por un sin fin de situaciones. Había sido, ostigado golpeado, torturado y el también había echo todo eso pero no por que el quisiera.

Iba a misiones de su padre, donde a todas esas pequeñas organizaciones que traficaban cosas a menor escala, tratando de mantener el orden en los negocios.
En una de tantas misiones, donde tenian que acabar con todo miembro de aquella organización, se metieron a una casa de seguridad todos con un silenciador en su arma era de noche llegaron de sorpresa, siendo sigilosos todo estaba saliendo muy bien, Dorian se fue por su cuenta nadie se había percatado del ataque así que cuando escucho gritos de dolor, se tenso y un leve dolor de estómago le atacó.

Fue avanzando lento por el primer piso de aquella enorme casa, hasta bajar a un sótano con sigilo se fue acercando a una puerta grande de metal, con toda la calma que pudo guardar al escuchar aquellos gritos, vio por la pequeña rendija de metal y se quedó inmóvil viendo aquella escena.

Dentro habia un joven de su edad encadenado de manos al techo con solo un pantalón puesto , habían tres hombres torturandolo, riéndose y gritándole.

-¡Nos divertiremos mucho contigo!

-Si, estás tan guapo princeso. -El hombre le acaricia la mejilla mayugada.

El joven de cabello castaño que para este punto ya era de color rojo, le escupía. Uno de los hombres hizo la seña para bajarlo, así lo hicieron y al caer este trato de levantarse rápido le fue imposible por qué uno de ellos le dio una patada en el estómago el joven gritaba de dolor, lo agarraron entre dos y lo pusieron boca abajo en una cama mugrienta que estaba en la habitación y uno de ellos dijo.

-Yo seré el primero..

Dorian se quedó ahí inmóvil, recordando cada tortura y intento de abuso que había sufrido desde los quince años, a mano de los hombres de su padre, que habían sido evitados por los gritos y la fuerza desenfrenada al tener un ataque de ETI, alertando a las mujeres de servicio. Ellas y el nunca dijeron una palabra de lo que muchas veces le intentaron hacer por miedo a que Gustav no reaccionara de la mejor forma.

Dorian no pudo evitar pensar en que hubiera pasado si no existiera su ETI y está no le diera la adrenalina que le da cuando se enoja, para tratar de safarse, morder las manos de los malditos cerdos con fuerza y gritar de la manera en que lo hacia, alertando a aquellas mujeres, sin dudar todos esos hombres hubieran conseguido su propósito.

De repente el sonido de una hebilla abriéndose llamo su atención, la mente se le quedó en blanco, y no pensó en otra cosa que no fuese matar cuando pateo la puerta de metal con fuerza, los hombres se alertaron y voltearon a verlo, los tres se lanzaron contra el cuando vieron que no era uno de los suyos, no traían armas por qué se supone que estaban divirtiendose, el joven de cabello castaño como pudo se volteo y vio a Dorian quien ya había perdido el control de si, los hombres trataron de golpearlo torpemente, muy fácil a cada uno de ellos los golpeo con fuerza desenfrenada, viendo en sus caras a aquellos que lo golpeaban, torturaban y los habían intentado hacer con el lo mismo que estuvieron apunto de hacerle a aquel joven. Hasta que un sonido muy lejano y fuerte lo hizo reaccionar.

El joven estaba tociendo sangre y cayó al suelo inconciente, Dorian llegó hacia el y le pego en el rostro para que reaccionara.

-¿Cómo te llamas?. -Le pregunto Dorian.

-Ma... Max..i..mo -Dijo en un susurro.

-Maximo, ¿ese es tu nombre?

El joven solo asintió levemente, estaba muy débil. Dorian supo que Máximo no duraría mucho en ese estado, salió al pasillo y hablo por radio.

Mi Bella Rosa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora