+Capitulo 34+ Yoongi

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Sentí su abrazo entre el sueño y la conciencia

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Sentí su abrazo entre el sueño y la conciencia. Sentí su aliento en la unión entre mi cuello y mi hombro y sus labios en los riachuelos de la cálida luz del sol en mi rostro.

Entonces lo percibí alejarse.

La agonía de su partida se produjo con una frialdad roedora que invadió cada nervio, órgano y hueso de mi cuerpo. El instinto de perseguirlo era enorme, pero luché contra él. Lo dejé marchar sin gritar ni sollozar y sin exigirle que se quedara sólo un día más. Me había enfadado mucho con él cuando me dormí anoche. Pero esta mañana, no sentí nada más que una pena desgarradora. Estaba haciendo lo correcto. Lo noble. Me estaba protegiendo, protegiéndonos, y le dolía tanto como a mí. Me negué a hacer esto más difícil de lo que ya era.

Así que cuando se despidió de mí con un beso tranquilo y tierno, me quedé quieto y fingí que aún me encontraba en las profundidades del sueño. Permanecí en la cama mientras él salía de la habitación. No hice ningún ruido hasta que se cerró la puerta principal y su auto se alejó.

El aire entraba y salía de mis pulmones, rápido y pesado, el dolor, la incertidumbre y el miedo a lo que pudiese pasar de ahora en adelante se acumulaba y aumentaba hasta que no podía contenerlo. Cuando por fin lo dejé salir, se derramó en una avalancha de feas lágrimas sollozantes.

Aparte de las mañanas en las que me dejaba en la cama durmiendo mientras él asistía a la misa dominical en la pequeña iglesia del pueblo, habíamos sido inseparables durante nuestra estadía. Pasamos cada segundo juntos por las últimas dos semanas, y estaba de más decir que me había acostumbrado a su compañía. Había llegado a depender de él y a necesitarlo como nunca había necesitado a otra persona.

Todavía me quedaban cinco meses a su lado. Pero nunca estaría con él como habíamos estado en esta cabaña en las montañas. Jimin iba a volver a ser un sacerdote, un maestro. Y yo volvería como su estudiante, un heredero Min, y el futuro esposo de Kang Daniel.

Me había dicho que confiara en él, y lo hice. Confié en que haría todo lo posible para cambiar mi destino. Pero él no cambiaría la opinión de mi madre. Ella lo mataría si mencionaba que estaba interesado en mí. Ya estaría muerto si supiera que me había follado.

Mientras la cama se enfriaba en su ausencia, me arrastré fuera y me preparé para el día. Luego limpié la cabaña, visité a los castores y recogí mis pertenencias.

Era el final de la tarde cuando me encontré sentado en la mesa, sin distracciones, y echándole de menos con cada latido roto de mi corazón. ¿Cómo iba a verlo todos los días y no tocarlo? ¿Cómo iba a mirarlo a los ojos y no besarlo? ¿Cómo iba a dormir en mi dormitorio sin sus brazos alrededor mío? El único consuelo era saber qué pasaría todos los días con él hasta que me graduara. Aunque sólo fuera a nivel profesional. Todavía teníamos tiempo. Tenía tiempo para encontrar la manera de escapar de los planes de mi madre. Tal vez uno de mis hermanos podría ayudarme. No me iba a rendir.

PECADO - JIMSUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora