El Año De Los Fugitivos

"The Park"

Solíamos ir cuando terminaba la semana, sentarnos en los bancos y hablar sobre lo genial que era todo. No podíamos estar más tarde de las nueve en casa,  pero la hora no era un problema cuando tenías apenas doce años.

Solíamos hablar, pocas veces, del instituto y cómo sería todo cuando nos marcháramos de allí. Sabíamos perfectamente que nunca estaríamos juntos para siempre, pero en el fondo de nuestros corazones, aquel momento era un "para siempre". Aquellos días fueron mi "para siempre". Ese capitulo indispensable en la historia de tu vida.

Para mí, la adolescencia empezó genial (después se torció un poco y acabo estrellándose), comenzó en aquel parque. 

Aquel parque dónde hacíamos carreras con cartones y nos tirábamos en la hierba como auténticos niños pequeños, aquel parque dónde escapábamos de quiénes conseguíamos enfadar. Aquel lugar de reunión, "La H", para pasar todos los días de nuestra temprana edad.

"El Parque" solía estar lleno de madres con sus hijos, de gente mayor y después estábamos nosotros, riendo y gastando dinero en comprar comida en una tienda que meses después cerró.

Pasó un tiempo, y "El parque" comenzó a desolarse, a envejecer junto a nuestros recuerdos... fuimos al instituto, y no pudimos evitar  olvidar aquel lugar. Aquella gran explanada dónde dejamos pasar los días cómo si el tiempo estuviera a nuestro favor.

Ya no voy allí, a veces paso por al lado, pero nunca entro en "El Parque". Ahora está solitario, sólo pasan enfermos para ir al Hospital o gente que se dispone a ir a la cafetería o floristería. Ya ninguna madre se sienta con sus hijos para verlos jugar, ya no hay personas mayores y ya nosotros hemos crecido. 

Aún nos veo cuando paso por allí, veo a nuestros fantasmas, escucho nuestras risas... e incluso creo extrañar toda la felicidad que aquel solitario lugar me hizo sentir.

M.