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Romina.
Llegamos al hospital y Danilo me miró sorprendido cuándo le quité su arma,al igual que los demás.
—Tal vez la voy a necesitar —dije y Iván me miró asustado.
—Dale eso a Danilo —dijo mi papá y negué.
—Señora deme mi pistola.
—Consiguete otra,está me la quedó yo —la guarde en mi bolsa y después me acerque a una de las enfermeras.
—Buenas noches necesita algo?
—Si,quiero ver a mi hijo, se llama Iván Maximiliano Guzmán Zambada.
—No están permitidas las visitas,lo siento mucho.
—No te pregunté si estaban permitidas o no las visitas,te dije que lo venía a ver,quiero verlo.
—No es posible,el niño está muy mal,está en terapia intensiva señora,no están permitidas las visitas.
—Ya callate no? —saque el arma que le quité a Danilo y le apunte. —Me vas a llevar a ver a mi hijo,y ahorita,ya.
Ella me miró asustada al sentir el arma en su cien.
—Romina no hagas escándalos —me dijo Iván y lo mire mal.
—¡¡Tú cállate pendejo!! y tú, rápido llévame con mi hijo o ahorita mismo te vuelo los sesos,muévete — chasquee mis dedos y asintió.
—Romina guarda eso,hija —mi papá quiso quitarme el arma.
—No guardó nada,nada,déjame en paz papá,quiero ver a mi hijo.
—Señora la voy a llevar pero guarde esa arma que me está asustando,por favor no me haga nada —dijo muy nerviosa y a punto de llorar.
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•—Ya cálmate Romi,ya vamos a verlo
—dijo Tere mientras se ponia la bata.—Ya muévete Teresa, apúrate y ponte ese pinche traje de una vez,y no me voy a calmar teniendo a mi hijo tan grave, rápido o voy a entrar yo sola y te quedas aquí.
—Ya,ya terminé.
—Siganme,las llevaré a dónde está,pero no pueden estar ahí mucho tiempo —hablo la enfermera.
—Yo estoy el tiempo que me de mi pinche gana,llévame rápido —ella asintió.
Nerviosa caminó y nos llevó hasta un cuarto.
—Aquí está su hijo señora, compermiso, cualquier cosa que necesiten me llaman.
Sin tomarle importancia abrí lentamente aquella puerta, encontrándome con mi hijo, conectado a muchas máquinas,con la cabeza vendada,con heridas en su cuerpo y con un brazo y una pierna rotos.