Capitulo 19

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- Ollie por favor – apenas podía hablar de la risa
que tenía por sus caras ante una foto

- ¿Qué? Yo solo te doy una foto

- ¡Basta! Quiero que salgas bien y que Haas vea mi trabajo

- Hola – escuche la voz de mi hermano Charles a lo lejos.

- Alex – grité y corrí abrazarla

- Pero… pero yo soy tu hermano.

- Si también, hola. ¿Por qué no habías venido?

- Tuve unas cuantas entrevistas para propuestas de trabajo.

Nos acercamos hasta donde estaba mi niño oso, y nos sentamos en el pasto Alex y yo.

- Sophie – menciono Charles, tomando mi mano.
- ¿Sí?

- Queremos decirte algo.

Mire a ambos con cara de preocupación, y por último a Ollie mirándome, regalándome una sonrisa de esas que me dice “calma, todo estará bien” y me relaje.

- ¿Se van a casar?

Charles me miro y dejo salir una sonrisa, de esas que él sabe perfectamente que suelta cuando le atino a las cosas.

- Si se van a casar ¿verdad?

- Si – soltó Alex enseñándome su mano y el anillo puesto

- ¡Felicidades! – abrace a Alex, fuerte.

- ¡Felicidades! – menciono Ollie

- Gracias, pero Soph. Queremos decirte otra cosa – soltó Charles

- Claro que seré la dama de honor, que les pasa y la madrina de lo que quieran. – decía yo entusiasmada.

- Si, pero Soph

- Basta Charles, ya sabes que yo no tengo detalle en nada de eso.

- Sophie, escucha a tu hermano – menciono Ollie, con el tono perfecto para hacer que me callara

- Gracias, niño oso

- Sophie, lo que queremos decirte es que … - Charles dejo salir un largo suspiró, algo le incomodaba – Sophie, Alex y yo… es algo que no teníamos planeado, pero sucedió

- Charles, basta solo déjalo salir. – le tome su mano a mi hermano.

- Alex está embarazada.

Embarazada, embarazada. Era una palabra realmente grande cuando lo pienso detenidamente y dolorosa aun, era una palabra que retumbo en mi mente como eco. Hace tiempo que no pensaba en una embarazo, hablaba de Darla claro que lo hacía con mi psicóloga mas no con mi familia y ahora escuchar que mi hermano seria padre era algo que… no dolía, me sentía realmente feliz por ellos yo los amaba, solo que recordé a Darla.

- ¡Felicidades! ¿Cuánto tiempo tienes?

- Sophie no quiero que…

- Alex, no. Este es tu momento, y realmente quiero que sean feliz ahora… obvio seré la mejor tía.

Abrece a ambos, amaba que se casaran y que me dieran un sobrino, pero obvio que dolía el que yo no tuviera aquí a mi bebé, solo que bueno… Seré la mejor tía sin duda alguna.

Había pasado un año desde que perdí a Darla, y ver a mi hermano ser feliz porque sería papá con la mujer de su vida, sin duda era algo que amaba. Esa noche por una extraña razón no podía dormir, mi familia completa se había quedado en mi hogar junto con Ollie, que era mi mejor amigo sin duda alguna, mi hogar pequeño con un gran jardín que me gustaba cuidar y que al final había soñado con que un día algún un pequeño ser humano correría por él, me llamaba.

Así que me levanté y me asomé por el balcón que daba al jardín, y entonces vi una pequeña luz por fuera de la puerta que daba a la calle ¿Carlos? Estoy segura de que ese auto es de Carlos Sainz, me puse mi sudadera y me fui directo al auto.

Carlos Sainz, estaba fuera de mi casa ¿vigilándome? Toque la ventanilla y él dio un salto. Bajo la ventanilla

- ¿Qué haces aquí? – pregunto

- La pregunta es para ti, ¿Qué haces fuera de mi casa?

Miro a todos lados, como esperando que nadie lo viera.

- No podía dormir, di una vuelta por el lugar nada más. ¿Vives aquí?

_Mensaje de Arthur Leclerc_

- No digas que fui yo quien te dio la dirección.
Mire su celular, señale la pantalla.

- Así que, con Arthur, ¡he! – me aleje del auto. Y escuche el cierre de la puerta

- Sophie. Espera, solo quería verte.

- Me ves en todos los premios y apenas ahora ¿quieres verme? Es ilógico Carlos, dime que haces aquí.

- Podemos no sé, pasar para no hablar aquí en la calle.

- Claro.

Entramos al jardín, nos sentamos en la silla mecedora ambos moríamos de frio.

- Dime, ¿de qué quieres hablar? – pregunte enredando mis manos sobre las mangas de mi sudadera

- Se que no terminamos bien, y que …

- Carlos, han pasado ¿Un año? Y apenas me quieres dar un explicación del porque terminamos o mejor dicho me terminaste.

- Arthur me dijo que te buscara.

Rodee mis ojos, sabia a lo que se refería y seguramente lo hacía por la noticia que me habían dado hoy Charles y Alex, y en serio entendía, pero yo aun no estaba preparada para contarle sobre Darla.

- Arthur ¡he! – mire a la ventana de la habitación de Arthur y efectivamente, asomado por ella – Carlos, si hay algo que quisiera contarte, pero aún no es momento. Además…

- Sophie dame un razón para no hacerlo.

- ¿Hacer qué? – pregunte

- Antes de que aparecieras en el paddock como fotógrafa de Red Bull, le pedí matrimonio a Isabella – me tomo por las manos, mirándome fijamente – pero me di cuenta de que sigo amándote, que sigo amando esa sonrisa, esa risa y la manera en cómo caminas distraída cuando vas con tu celular, odio verte de la mano de Ollie, odio cuando te llama bonita, porque eres mía, odio verte sonreír con Ollie y cuando lo besas no lo soporto. Ahora dame una razón para no hacerlo.

- Carlos – lo mire - ¿Por qué debo yo darte una razón? Yo no tire a la mierda la relación, fuiste tú quien no dejo darle explicaciones

- Pero me dejaste.

- No, fuiste tú quien nos abandonó a nosotras – y entonces me di cuenta de que la había regado, solté mis manos de las suyas

- ¿Ustedes? – busco mi mirada – Sophie ¿Cómo que ustedes?

- Nada

- Sophie por favor, explícame ¿Cómo que ustedes?

- Ahora vete. Quieres, no te daré una razón para no casarte

- ¿Por qué no?

- Vete. Por favor.

Carlos me miro, no pude siquiera decirle una palabra más, si continuaba con la plática terminaría diciéndole lo que había pasado y no estaba dispuesta hacerlo, no aún.

Vi salir a Carlos de mi casa, no sería yo quien le diera la razón que él debe encontrar, no seré quien le quité la felicidad a una mujer que no sabe el tipo de hombre que tiene a su lado. Cerré la puerta y me fui a mi habitación donde estaba Arthur esperándome.

- Sophie, perdón pensé…

- Thur, no es tu culpa, cariño – mencione acariciando su mejilla. – Él algún día debe enterarse, pero no es momento.

Me abrazo y sentí como mis pedazos rotos volvían a encajar con mi cuerpo, no dejaría que Carlos Sainz me viera muriendo de amor por él, y aunque quería con todas mis ganas darle los motivos que él quería para no casarse, no lo haría.

¿Por qué no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora