29
La mañana siguiente llegó con una tensión palpable en el aire. En la mesa del desayuno, el ambiente era incómodo y sofocante. Jungkook, sentado al lado de Taehyung, mantenía una expresión rígida mientras comía en silencio. Yuna, en cambio, no dejaba de pedir cosas a Jungkook, exigiendo su atención de manera constante, lo que solo incrementaba la incomodidad. Cada vez que ella abría la boca, Taehyung sentía una punzada en su pecho, como si una aguja se clavara lentamente, profundizando su malestar.
Taehyung se sentía como el peor omega del mundo. Las miradas furtivas que Jungkook le lanzaba no ayudaban, llenas de algo oscuro y peligroso. Sabía que el alfa estaba furioso, que deseaba encontrar a ese otro alfa con el que Taehyung había compartido la noche anterior y matarlo. Jungkook había estado distante desde entonces, lo que hacía que Taehyung se sintiera aún más culpable.
Pero por otro lado, había una parte de Taehyung que no podía evitar recordar cómo se había sentido. Aunque sabía que estaba mal, no podía negar que había disfrutado la atención, el deseo que había sentido al estar con alguien que no era su alfa. Sin embargo, esos pensamientos solo lo llenaban de un profundo remordimiento, porque en su corazón sabía que solo quería ser tomado por Jungkook. Quería sentir su presencia dominante, ser poseído completamente por él.
Mientras Yuna seguía acaparando la atención de Jungkook con sus constantes demandas, Taehyung apenas podía soportarlo más. Sentía que estaba al borde de romperse. La rabia, la culpa y el deseo se mezclaban en su interior, creando un torbellino de emociones que amenazaba con consumirlo.
Finalmente, incapaz de soportar la situación, Taehyung se levantó bruscamente de la mesa, murmurando una excusa vaga antes de dirigirse al baño. Necesitaba un momento a solas, lejos de la tensión que lo rodeaba.
Al entrar en el baño, Taehyung cerró la puerta tras de sí y se apoyó en ella, respirando profundamente mientras intentaba calmar su mente. Sus pensamientos estaban llenos de imágenes de la noche anterior, de la sensación de los labios del otro alfa en su piel, y del deseo que había sentido al estar tan cerca de alguien que no era Jungkook. Pero, por encima de todo, lo que más lo atormentaba era el anhelo desesperado por su alfa, por Jungkook.
Se dirigió a la ducha y dejó que el agua caliente cayera sobre su cuerpo, intentando lavar la culpa y la confusión que lo consumían. Pero el agua no podía borrar esos sentimientos, no podía apagar el fuego que ardía dentro de él.
Mirando a su alrededor, sus ojos se detuvieron en un pequeño cajón que apenas se abría. Dentro, había un objeto que sus amigos le habían regalado en broma hacía un tiempo: un consolador. Al verlo, Taehyung sintió una oleada de deseo que lo tomó por sorpresa. Su cuerpo clamaba por atención, por el alivio que sabía que no encontraría en otro lugar.
Con manos temblorosas, sacó el consolador del cajón. El frío del objeto en contraste con la calidez de su piel solo aumentó su excitación. Se recostó en la pared de la ducha, su respiración acelerándose mientras lentamente lo introducía en su cuerpo, cerrando los ojos y dejando escapar un gemido ahogado.
—Jungkook... —murmuró, su voz quebrándose mientras el consolador se deslizaba dentro de él. El nombre de su alfa escapó de sus labios como una súplica, un lamento cargado de necesidad.
Pero no era lo mismo. No podía compararse con la sensación del verdadero alfa llenándolo, dominándolo completamente. A pesar de sus mejores esfuerzos, no podía replicar la sensación de tener a Jungkook dentro de él, de sentir su calor, su fuerza, su deseo.
El vacío en su pecho crecía a cada segundo, a cada movimiento del consolador. Taehyung apretó los dientes, gimiendo más alto mientras trataba de llenar el vacío que sentía, pero todo lo que conseguía era más frustración. Quería a Jungkook, necesitaba a Jungkook. Ningún juguete, ningún otro alfa, nada más podía reemplazar lo que sentía por él.
Finalmente, con un grito ahogado, Taehyung dejó caer el consolador al suelo de la ducha, las lágrimas mezclándose con el agua que caía sobre su rostro. Se deslizó por la pared hasta quedar sentado en el suelo, abrazando sus rodillas mientras sollozaba.
Se sentía más perdido que nunca. Había creído que encontraría algo de alivio, pero todo lo que había conseguido era confirmar lo desesperadamente que necesitaba a Jungkook, lo vacío que se sentía sin él.
Mientras el agua continuaba cayendo, Taehyung cerró los ojos, intentando calmar su respiración. Sabía que tendría que enfrentarse a Jungkook eventualmente, que tendría que enfrentar la realidad de su situación. Pero por ahora, todo lo que podía hacer era llorar en silencio, dejando que el agua caliente intentara, sin éxito, lavar su dolor.
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Fuego Escarlata
FanfictionTaehyung, el omega más joven de la prestigiosa familia Kim, ha vivido toda su vida en la opulencia, pero también bajo las sombras de los secretos oscuros de su linaje. Frágil en apariencia pero con un espíritu indomable, nunca imaginó que su destino...