26
La mañana había sido un caos emocional para Taehyung y Jungkook, pero lo que ninguno de ellos sabía era que no estaban solos en su tormenta interna. Desde la planta baja, Yuna había escuchado cada palabra, cada susurro, cada promesa rota y renovada que habían compartido en el calor de su intimidad. Mientras permanecía en la cocina, su rostro se transformó en una máscara de burla y satisfacción. Sabía que la conversación entre Jungkook y Taehyung iba a ser difícil, pero lo que escuchó le dio una ventaja inesperada.
Yuna estaba de pie frente a la ventana de la cocina, sus manos descansando suavemente sobre su vientre, acariciándolo con una expresión calculadora. Su plan se estaba desarrollando tal como lo había imaginado, y aunque había una pizca de arrepentimiento en el fondo de su mente, su deseo de control y poder sobre el alfa era mucho más fuerte. Cuando escuchó los pasos pesados de Jungkook descendiendo por las escaleras, su sonrisa burlona se ensanchó.
Jungkook llegó a la cocina con el ceño fruncido, su cuerpo aún tenso después de la conversación con Taehyung. No estaba preparado para lo que Yuna tenía en mente. Cuando sus ojos se encontraron, Yuna ladeó la cabeza, sus labios curvándose en una sonrisa que no alcanzó sus ojos.
—Así que, ¿esa es tu forma de mantener a tu pequeño omega contigo, Jungkook? —dijo Yuna con un tono venenoso, su voz impregnada de sarcasmo—. Montándolo hasta que no pueda caminar, ¿eh?
La mandíbula de Jungkook se tensó ante sus palabras, sintiendo una ola de ira subir por su cuerpo. Caminó hacia ella, sus pasos lentos y controlados, pero el peligro en su mirada era inconfundible. Jungkook era un alfa que rara vez perdía el control, pero Yuna estaba empujando los límites.
—Eso no es asunto tuyo, Yuna —respondió Jungkook con frialdad, su voz baja y cargada de advertencia—. No tienes derecho a hablar de Taehyung de esa manera.
Yuna soltó una risa amarga, cruzando los brazos sobre su pecho mientras se recostaba contra la encimera, observando a Jungkook con una mezcla de desafío y desprecio.
—Oh, claro, porque tú eres el alfa protector y amoroso, ¿verdad? —replicó Yuna, su tono lleno de sarcasmo—. Pero no te engañes, Jungkook. Yo te conozco mejor que nadie. Sé lo manipulador que puedes ser cuando se trata de obtener lo que quieres. Y parece que harás cualquier cosa para mantener a ese omega bajo tu control.
Jungkook sintió un frío recorrer su espalda ante sus palabras, pero no dejó que su expresión traicionara lo que sentía. Sabía que Yuna estaba tratando de provocarlo, de hacerlo perder el control, pero no se lo permitiría. Ella había llegado a su vida con una complicación que no había previsto, y ahora parecía que estaba empeñada en hacerle la vida imposible.
—Lo que hago o dejo de hacer con Taehyung es mi decisión, no la tuya —dijo Jungkook, su tono firme, aunque contenido—. No tienes derecho a entrometerte en mi vida, Yuna. No tienes ningún poder sobre mí.
Pero Yuna no se dejó intimidar por sus palabras. De hecho, su sonrisa solo se ensanchó, como si las palabras de Jungkook solo hubieran alimentado su deseo de desafío.
—¿No tengo ningún poder sobre ti? —repitió Yuna, su voz tan dulce como el veneno—. Jungkook, cariño, tal vez deberías recordar que llevo a tu hijo en mi vientre. Ese bebé te ata a mí, lo quieras o no.
Jungkook apretó los dientes, su mente luchando por mantener la calma. La situación era mucho más complicada de lo que había anticipado, y aunque estaba dispuesto a asumir la responsabilidad por el bebé, no iba a permitir que Yuna lo utilizara como una herramienta para manipularlo.
—Si el bebé es mío, lo aceptaré y lo cuidaré —respondió Jungkook con determinación, acercándose un poco más a ella—. Pero eso no te da derecho a interferir en mi vida, ni en la de Taehyung.
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Fuego Escarlata
FanfictionTaehyung, el omega más joven de la prestigiosa familia Kim, ha vivido toda su vida en la opulencia, pero también bajo las sombras de los secretos oscuros de su linaje. Frágil en apariencia pero con un espíritu indomable, nunca imaginó que su destino...