CAPÍTULO XIV - ¿QUÉ SOMOS?

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La situación en el mundo de la hechicería se había desmoronado rápidamente. Los acontecimientos en Shibuya habían revelado la existencia de maldiciones y hechiceros al público, provocando un caos generalizado. Mientras la sociedad trataba de asimilar esta nueva realidad, la comunidad hechicera estaba en crisis.

Días después del incidente, la noticia más devastadora para los amigos de Yuji Itadori llegó: se había ordenado su ejecución. La masacre en Shibuya había sido atribuida en gran medida a él, y las autoridades lo consideraban el principal responsable debido a su vínculo con Sukuna. Esto provocó una ola de indignación y desesperación entre sus amigos, que no podían aceptar la idea de que Yuji fuera ejecutado, sin embargo un gran grupo de hechiceros aprobaban aquel acto.

La situación de Inumaki era igualmente desoladora. Había perdido un brazo durante el incidente debido al relicario maldito que había desatado un poder devastador. Aunque seguía vivo, el dolor físico y emocional era abrumador, y sus amigos temían que nunca volviera a ser el mismo.

Lo más impactante fue la declaración oficial de que Gojo Satoru, el hechicero más poderoso, había sido considerado un traidor. Se le acusaba de haber colaborado con "Suguru Geto", a pesar de que aquellos que lo conocían sabían que era imposible. Sin embargo, con Gojo sellado y sin poder defenderse, las acusaciones solo aumentaron la confusión y el descontento.

Además, Masamichi Yaga, el creador de los Yugai con vida propia, estaba bajo un ultimátum. Los altos mandos exigieron que explicara cómo había logrado crear seres con conciencia, algo que contravenía las reglas naturales de la hechicería. Si no lo hacía, enfrentaría la ejecución por traición. Esto no solo era una amenaza para su vida, sino también para la existencia de Panda y otros Yugai que él había creado.

El día estaba despejado, pero el aire estaba cargado de preocupación. Mientras los estudiantes de Tokio descansaban en su base temporal, la noticia de la desaparición de Yuji Itadori se esparció rápidamente, llenando a todos de alarma.

En medio de la confusión, Kai y Megumi intercambiaron miradas preocupadas. Megumi frunció el ceño, la preocupación palpable en sus ojos.

-No me gusta esto. ¿Dónde demonios se ha metido Yuji?-, dijo Megumi, su tono reflejando la ansiedad que sentía.

Kai, a pesar de intentar mantener la calma, no pudo evitar sentirse inquieto. Su mirada se tornó más seria mientras pensaba en las posibles razones detrás de la fuga de Yuji.

-No lo sé, pero necesitamos encontrarlo antes de que se meta en más problemas-, respondió Kai con determinación.

Maki, al ver la creciente inquietud de Kai y la preocupación de Megumi, se acercó y puso una mano reconfortante en el brazo de su "casi algo".

-Tranquilo, Kai. Vamos a encontrarlo. No vamos a dejar que pase nada malo-, dijo con voz firme, tratando de calmar a Kai mientras miraba a Megumi.

-Sí, Maki tiene razón-, añadió Megumi, sintiendo algo de alivio con el apoyo de Maki. -Necesitamos un plan y organizar una búsqueda-.

Mientras tanto, en una sala de reuniones, Yūta Okkotsu estaba frente a los altos mandos, la atmósfera cargada de tensión. Los líderes parecían preocupados, pero también determinados. Yūta, con su habitual seriedad, les explicó su plan con frialdad calculada.

-Necesito que confíen en mí-, dijo Yūta, su mirada fija en los altos mandos. -Yo me encargaré de Yuji Itadori. Entiendo la gravedad de la situación y estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario para evitar más problemas-.

Uno de los altos mandos, con una expresión dura, asintió lentamente.

-Asegúrate de que no haya errores. Este asunto debe resolverse con precisión y sin fallos. No podemos permitirnos más complicaciones-.

Me gustas. |MAKI x OC|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora