Capítulo 16

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*Leonora*
✔ Buen día rubio lindo, hoy nos vemos.
Terminé de enviar el mensaje con una sonrisa. Suspiré y dejé el celular a un lado de la cama. Miré hacia mi alrededor con una sonrisa, observé lo diferente que está todo, siento que ahora hay luz en mi casa, en cada recoveco. Rubio se subió a la cama y me regaló el primer maullido del día.
—Ay, hola bola de pelos.
Lo abracé a mí y lo acaricié. Él me responde frotando su cara contra mí. Es un dulce. Mi celular vibró y lo tomé contenta.
✔Buen día colorada hermosa!! Que ganas d besarte🙏
Sonreí y me sonroje al mismo tiempo. Yo también muero por besarlo, pero no me animo a expresarlo.
✔A eso d las 6 ya estoy en bs as
✔A q hora nos vemos??
✔A las 8 te espero en casa. Tengo ganas de comer pizza. Te va?🍕
✔ Si!! Obvio!! Aguante la pizza, la birra y vos jaja
Me despedí de él con una sonrisa y me levanté para comenzar mi día.

Pasé por el baño, me cambié, cafetera, pan en la tostadora y a estirar los pies. Me senté, estiré y masajee mis pies hasta que el pan estuvo listo. Desayuné mientras armaba la lista para el supermercado. Le abrí la puerta del balcón a Rubio, puse música relajante y elongue en el living. Estoy muy ansiosa porque el viernes que viene tenemos función en el Colón y soy una de las principales. Voy a interpretar uno de los solos más codiciados de mi profesión ¡¡Ya quiero bailar!!

Salí rumbo a la academia, a seguir inspirando a mis alumnas, las más lindas y dulces. Cande, la más chica, me hizo un dibujo donde estamos bailando juntas y me morí de amor. Aparte de su abrazo fuerte de cada día. Estos detalles estuvieron siempre, pero mi vida personal oscura y hostil los apañaba.

Después de las tres clases, fui a almorzar con Xime e Isa. La pasamos muy bien, ellas son un amor y muy graciosas, para todo tienen un chiste. Hacía rato que no me reía así. Después volvimos a dar una última clase más y nos fuimos al Colón, con Isa, a ensayar.

Amo este teatro, sus pasillos, sus alfombras y cuadros. Es mi segundo hogar. Nos alistamos y… ¡A ensayar!
Jean Pierre es un excelente partenaire y no me permite dudar. Este ensayo fue excelente y estoy muy feliz. Todos nuestros compañeros nos aplaudieron al finalizar la pieza. Pero no había tiempo para adulaciones, solo para seguir ensayando.

Al salir del ensayo pasé por el supermercado para comprar todo. Voy a amasar yo las pizzas, tengo a Isa que me respalda y me pasó su receta.
✔Ya compré todo para amasar🙈 Espero que me salga bien
Salí del supermercado y caminé hasta casa sin perder la sonrisa. Llegué a mi departamento a las 18:30, y ya quería que sean las 20. Dejé las bolsas en la cocina y fui rápido a bañarme. Antes de entrar chequee el celular.
✔Uh bueno sino llamamos al delivery o al same jajajjaa no t enojes
Es un tarado pero me hizo reír.
✔Recién salgo d bañarme, llegue hace una hora
✔Yo me estoy por bañar también. Vení cuando estés listo.
Dejé el celular a un lado y me di una linda ducha. Después de peinarme, me cambié en mi habitación. Antes de ponerme a amasar, tomé el pote de la comida de Rubio y lo llamé. Dejé caer un poco de comida en su plato y Rubio nunca apareció. Confundida lo volví a llamar, hice sonar su comida y aún así no vino. Mi corazón se aceleró y comencé a buscarlo por la casa. No está. Al salir de mi habitación me di cuenta que la puerta del balcón quedó abierta. Me olvidé de cerrarla y es obvio que se fue a la calle. Bajé desesperada, ya llorando, para ver si el portero sabía algo pero no lo encontré. Lo busqué por toda la manzana. Pregunté a la gente si habían visto un gato pero nadie lo vio. Volví destrozada al edificio y el portero sigue sin aparecer. En ese momento recordé que Guido está por venir y que tenía que cocinar. Subí rápido y tomé mi celular para escribirle pero no pude. Me tiemblan las manos y las lágrimas no me dejan ver.

*Guido*
—Hola colo. Estaba por salir.
—Guido desapareció mi gato, estoy desesperada, no sé qué hacer —su voz angustiada me noqueó.
—¡¡Uy colo que cagada!! ¿Ya hablaste con los vecinos? ¿Dónde se puede haber ido?
—Dejé la puerta del balcón abierta ¡¡Ay!! ¡Soy una tarada, lo perdí! —soltó un llanto tan profundo que solo puedo pensar en abrazarla.
—Ya voy ¿Si? Y vas a ver que lo encontramos.
—Si, por favor. Te espero.
Cortamos y salí lo más rápido que pude.
Al llegar, el portero me vió, me reconoció y me abrió antes de avisarle a Leo.
—Buenas noches. Usted viene al 1° B ¿No?
—Sí —fruncí el ceño y lo miré desafiante—, ¿Por qué?
—Tengo una mala noticia para comunicarles. No sabía si hablar directamente con la chica.
“Uy, Rubio” pensé. Aunque espero que no sea así.
—Dígame.
—El gato fue atropellado —se me paralizó el corazón—. Yo lo vi saltar del balcón y le juro, joven, que traté de alcanzarlo pero cruzó rápido la calle y lo pasaron por encima. Me parte el alma saber que ese rubio roñoso y celoso haya muerto así y, encima, sé que para Leo será un golpe bajo.
—Que lastima, la puta madre.
—Es una pena. Yo lo asistí, le toqué el timbre a la chica pero no estaba. Y el gato murió antes de que lo puedan llevar al médico.
—Lo bien que hizo en contarme a mí primero —le dije y luego pensé que ahora tengo que darle yo la noticia. Me despedí y me dirigí hacia el primer piso temblando. Esto se va a poner feo.

La colorada abrió la puerta y asomó esa carita hermosa, llena de dolor.
—Hola —se abrazó a mí cuál Koala—. Gracias por venir. Voy a imprimir una foto suya y quiero hablar con el portero, aún no pude —se apartó un poco de mí y me miró—. Tengo que encontrarlo.
—Si. Tranquila hermosa. Vamos a sentarnos.
Nos adentré y cerré la puerta.
—No para, quiero bajar y salimos a…
—Leo… necesito que hablemos primero ¿Si?
Peiné un mechón tras su oreja y me miró confundida.
—¿Qué pasa? —su voz tembló—, no me asustes.
Caminé hasta el sillón y la miré, esperando a que se siente a mi lado. Lo hizo, pero con su cara de confusión intacta. Me mira desconfiando.
—No hay buenas noticias.
—¡Qué! —se alarmó inmediatamente.
—Cuando entré pude hablar con el portero.
—¡Ah! ¿Y? ¿¡Por qué malas noticias!?
—Rubio se murió, Leo. Se tiró del balcón, corrió hacia la calle y lo arrollaron. Lo siento mucho.
Su cara se empezó a deformar y un llanto desesperado salió de ella. Automáticamente la abracé, la contuve. No puede parar de llorar, de ahogarse ni de gritar. Está destrozada.

Después de un rato la acompañé al baño para que se moje la cara y le serví agua mientras pido unas pizzas. Obviamente, ya no tiene ganas de cocinar.
Comimos prácticamente en silencio, ella hacía esfuerzo por no llorar y yo solo la miraba de reojo. Me parte al medio verla mal. Lo poco que habla lo hace para contarme cosas que vivió con Rubio. La entiendo, era su mascota, su amigo. Parte de sí. Y debe ser muy difícil decirles adiós.
—Perdoname Guido, esto no salió como esperábamos.
—Con estar para vos, me alcanza.
Levantó su vista y me miró con sus ojos brillantes.
—¿Siempre vas a estar?
—Siempre.
—Me gustas mucho Alien Rubio.
Me quedé totalmente congelado, pero mi corazón dió un salto de felicidad. Algo que nunca experimenté con una chica.
—Y vos me tenés muerto, a tus pies. No hay nadie como vos, Colorada Embrujada. Leo se incorporó, caminó hacia mí y se sentó encima mío con cuidado. Me abrazó y yo la abracé. Nos quedamos así, en silencio.
—¿Te podes quedar a dormir?
—Si. Me quedo.

Al otro día amanecí con Leo durmiendo en mi pecho, totalmente abrazada a mí. Fue algo hermoso. No me olvido más de ver su hermosa carita apoyada en mí, y su piel suave rozando mi torso.
—Mmm buen día lindo —dijo, cuando se abrazaba a mi después de apagar su alarma.
—Buen día bonita.
Nos miramos sonrientes. Hasta que su expresión cambió y miró hacia su alrededor con confusión.
—¿Todo bien?
—Dormí sin la tele —observó.
—Es verdad. Viste que podes.
—Sos un ángel. Nunca nadie hizo tanto por mí. Me siento segura a tu lado.
—Bueno, gracias.
—A vos.
Me tomó de la cara y me besó con mucha pasión.

𝑀𝑒 𝐺𝑢𝑠𝑡𝑎 𝑉𝑒𝑟 𝐶𝑢𝑎𝑛𝑑𝑜 𝐵𝑎𝑖𝑙𝑎𝑠 [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora