Capítulo 1

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*Guido*

Patricio me invitó a una función de Melina en el Colón... que se yo, voy a ir. Por hacerle la gamba a Pato, porque después salimos de joda. O eso espero. Escuché la bocina, aparté la vista de Twitter, guardé el celular en el bolsillo de mi jean, besé a mis bestias y salí.

¿Qué onda?

¿Todo bien rubio?

Se.

Cero ganas de ir ¿No?

Maso, pero no hay otra cosa que hacer.

Patricio me hizo una mueca. Diría que me dijo: "haceme la gamba, forro" así que opté por callar, ponerme el cinturón y mirar al frente. Mucho no hablamos durante el trayecto. Imaginen que estamos juntos todos los días, a veces ya no sabemos de qué hablar.

Llegamos, estacionamos y entramos. Caminando, hacia el palco, Patricio se encontró a muchos conocidos de Melina, que obviamente lo conocen por decantación. Pato me presentaba, se quedaban charlando y yo en modo decoración a un costado. Divino. La mejor noche de mi vida. Al menos tengo mis ojos y mi curiosidad. Como de costumbre escaneé todo a mí alrededor. Los pisos, las alfombras, las pinturas del techo, las mujeres... que lindas mujeres. Todas con sus vestidos elegantes y sus perfumes embriagadores. Pero ¿Saben qué? Ya ninguna es mi tipo. Y lo digo en serio. Hasta hace unos meses creía que podía estar con todas las minas habidas y por haber, y no malinterpreten, lo digo en el sentido de que no me importaba si era cheta, rollinga, hippie o punk, me relacionaba igual y trataba de sacarle el jugo a todo. Ahora ya no, ya me di cuenta que no soy para cualquiera, que tengo mambos raros, que soy muy sensible y sencillo, que soy infantil e inoportuno y que mi fama no me hace quién soy, ni a palos, solo soy un músico que dispone de poco tiempo y muchas responsabilidades ¿Habrá una mina que entienda y respete todo eso? ¿Tendría que haber? No sé, pero me gustaría encontrarla. Las chicas que andan por acá tienen un estilo de vida y pensamiento totalmente arbitrario al mío, ni me voy a gastar. Solo miro fingiendo desinterés.

¿Vamos? —Pato palmeó mi pecho y me sacó de mis pensamientos.

Si, dale —lo dije en un tono cansado.

Bueno che. Estás muy callado vos.

Ya lo sé.

Cada vez hablas menos, ¿Te pasa algo boludo? Sabes que podes conf...

Si boludo, ya sé, ni hace falta que lo digas.

Bueno, qué sé yo. Estás raro.

No pasa nada hermano. —Palmeé el hombro próximo a mí—. Vamos a ver un poco de ballet.

Nos miramos y soltamos ambos una leve carcajada. No es por burla pero definitivamente no es nuestro mundo aunque podamos apreciar la belleza del arte. Nos acomodamos en el palco y pedimos agua. Patricio le textea a Melina. Me cuenta que ella se siente ansiosa, nerviosa y muy feliz.

Y si. Como los minutos previos a salir a tocar.

Y después, un enorme vacío que siempre busca llenar conmigo.

¿Y qué? ¿No te gusta eso?

Si, claro. Pero es jodida la flaca, eh. Vos la ves divina y dulce pero es un huracán.

¿Vas en serio con esta mina?

Pato desvió la vista de su celular para mirarme. Al fin. No despegaba la cara del cristal. Me miró extrañado. No soy de hacer estas preguntas y a él no le gusta que se las hagan.

𝑀𝑒 𝐺𝑢𝑠𝑡𝑎 𝑉𝑒𝑟 𝐶𝑢𝑎𝑛𝑑𝑜 𝐵𝑎𝑖𝑙𝑎𝑠 [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora