Capítulo 27: Me gustas más de lo que creo

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Dash

—¡¡¡Corte!!!

Los aplausos resonaron llenos de energía por todo el set. Todos teníamos una sonrisa que no nos cabía en la puta cara. Nicola se había levantado de su silla para revisar las grabaciones y el equipo de producción se abrazaba entre ellos. El resto del elenco se reía y bromeaba. Todos estábamos cargando la misma emoción, compartiendo el mismo logro y yo no sabía cómo gestionarlo.

Busqué a Reissel con la mirada porque quería saber si estaba tan orgullosa como yo me sentía por ella. La encontré abrazando a Mel tan fuerte que parecía que se fundirían sobre la otra. Estaba feliz, con sus ojos brillantes, su sonrisa amplia que mostraba sus dientes y todo su cuerpo vibrando de emoción.

Reissel es guapísima, pero verla así de feliz era encontrar otro sinónimo de belleza que solo encajaba en ella.

Lo habíamos hecho. Logramos terminar un proyecto que creímos imposible. Llenos de inseguridades y con algunos fallos apostamos el todo por el todo. Nuestras habilidades y destrezas coordinadas, dirigidas y grabadas por grandes personas que completan el proyecto. No hubiese sido posible sin todo el equipo que teníamos, porque ellos creían más en nosotros que nosotros mismos.

Quería gritar, tomar de la mano a alguien y dar vueltas con esa persona por todo el set como un par de estúpidos. Pero en este momento no podía ir hasta donde estaba Reissel para estrecharla entre mis brazos. Tenía encima al imbécil de Dexter que me estaba aplastando, a Airy encima de él y a Vincent intentando mantener el control.

—¡Me estás aplastando los pulmones, pedazo de imbécil! —espeté golpeando con mis manos.

—¡Airy no se quita de encima!

—Estoy pasándomelo de puta madre —chilló ella.

—Chicos, ¿pueden controlarse un poco? —sugirió Vincent.

—¡No, no, no! —canturreó Airy—. ¡Lero, lero!

—Mierda —solté—¡Airy quítate!

Los pulmones se me estaban obstruyendo y estoy seguro que el color de mi cara había cambiado a un tono morado.

—¿Estás comodísima, Airy? —preguntó Dexter.

—Estoy que me quiero quedar encima de ustedes toda la vida.

—No tengo ningún problema de tenerte encima —argumentó en tono seductor.

—No puedo creer que se estén poniendo de calientes frente a todo el equipo —espetó Vincent.

—¡Y yo me estoy muriendo! ¡No me jodan! —me removí con todas mis fuerzas para intentar que Airy se tambaleara.

—Airy, bájate —Vincent la tomó por los hombros—. Porque si Hatto muere, no habrá premiere.

—¿Quién dice? —replicó.

—Yo. —La envolvió entre sus brazos y la quitó de encima.

—¡Apártate, imbécil! —empujé a Dexter que cayó a un lado de mi cuerpo soltando una carcajada.

—¡Estoy tan feliz que me importa una mierda si me tratas mal! —pasó un brazo por encima de mi torso.

—No me jodas, lávate las manos antes de tocarme —tiré de su brazo y cayó encima de su estómago.

—Te quiero, maldito cabrón —esbozó una sonrisa.

—¡Chicos! —escuché que nos llamaron—. Por favor acérquense.

Vincent se colocó entre nosotros y nos tendió una mano a cada uno. La estrechamos juntos y nos levantamos del colchón.

Disimuladamente le saqué el dedo a Dexter y el me tiró un puto beso.

La escritora, el actor y los miedosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora