El sol apenas había salido cuando la madre de Lesly, con prisas por salir, se acercó a la habitación donde Lesly y Emma aún descansaban.—Chicas, tengo que salir rápido —dijo la madre de Lesly, intentando no sonar demasiado apurada—. No podré hacer el desayuno esta mañana, así que tendrán que arreglárselas solas. Emma, ¿puedes encargarte de eso?
Emma, siempre dispuesta a ayudar, asintió con una sonrisa.
—Por supuesto, no te preocupes. ¡Nosotras nos encargamos!
Lesly, aún medio dormida, asintió débilmente. Cuando su madre se fue, Emma se levantó con energía y se dirigió a la cocina para preparar algo sencillo. Pronto, el aroma del desayuno llenó la casa, pero cuando volvía a la habitación con las bandejas, notó que Lesly no parecía tener mucho ánimo para comer.
Sentadas a la mesa, Emma miró a su prima, notando la falta de entusiasmo en su rostro.
—Oye, Lesly, ¿estás bien? —preguntó Emma, preocupada.
Lesly levantó la vista, esbozando una sonrisa débil.
—Sí, estoy bien. Solo que no tengo mucho apetito.
Emma, decidida a animarla, decidió cambiar el tema con una pregunta un poco más provocadora.
—Bueno, entonces déjame distraerte un poco... —dijo, con una sonrisa traviesa—. Anoche, mientras me hablabas de Lian, noté algo curioso.
Lesly la miró, confundida.
—¿Qué notaste? —preguntó, levantando una ceja.
Emma se inclinó hacia adelante, con una sonrisa que no podía ocultar.
—Es que parecía que... te gusta Lian. ¡Se te iluminaban hasta los ojos cuando hablabas de él! —dijo, riéndose.
Lesly, sorprendida por la acusación, casi se atraganta con su jugo.
—¡Noo! ¿Por qué dices eso? —respondió rápidamente, aunque una ligera risa nerviosa se escapó de sus labios—. Bueno, no sé... ja, ja. No es eso.
Emma levantó las cejas, claramente divertida por la reacción de Lesly.
—¡Ajá! Lo sabía. ¡No puedes engañarme! —dijo Emma, riéndose—. Pero mira, no pasa nada. Dijiste que él ha cambiado, ¿no? Tal vez deberías invitarlo hoy. Vamos, podría ser divertido.
Lesly, aún un poco sonrojada, negó con la cabeza.
—No sé, Emma... No quiero que piense cosas raras —respondió, pero la idea de verlo no le parecía tan mala.
Emma, siempre la más persuasiva, sonrió con complicidad.
—Vamos, Lesly. No te hagas la difícil. De todas formas, ya dijiste que ha cambiado, ¿por qué no lo invitas a ver una película con nosotras? Será algo relajado, sin presión. Los tres podemos pasar un buen rato.
Lesly suspiró, todavía indecisa, pero la idea de pasar la tarde con Emma y Lian sonaba mejor de lo que quería admitir. Finalmente, sonrió y asintió.
—Está bien, lo haré. Le diré que venga y veamos una película los tres.
Con el plan en marcha, Lesly tomó su teléfono y, después de dudar un par de segundos, escribió un mensaje rápido a Lian.
—Hola, Lian. Mi prima Emma y yo estábamos pensando en ver una película esta tarde. ¿Te gustaría unirte a nosotras?
Lesly envió el mensaje antes de poder arrepentirse, y casi de inmediato, su teléfono vibró con la respuesta.
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A 9 LUNAS DE TI
Teen FictionEn la tranquila ciudad de Fairview, Lian, un joven rebelde, y Lesly, una brillante estudiante, se ven unidos por una tragedia: el diagnóstico de leucemia de Lesly. Obligados a confrontar sus diferencias, descubren un amor profundo mientras luchan co...