Los días pasaban lentos y pesados para Lian. Desde aquella conversación con Lesly, su mente no encontraba paz. Se sentía inútil, atrapado en una espiral de emociones que no sabía cómo manejar. Sabía que lo mejor era darle espacio a Lesly y a Emma, pero eso no hacía que el dolor fuera más fácil de soportar.En esos días, casi no comía. La comida se había vuelto insípida, un simple trámite que apenas le daba fuerzas. En su corazón, todo parecía haberse apagado. Cuando llegaba la noche y el cielo se oscurecía, Lian encontraba un extraño consuelo en la lluvia. Era como si el cielo llorara con él, compartiendo su tristeza.
Una noche, mientras el sonido de la lluvia golpeaba las ventanas, Lian decidió salir. Sin pensarlo dos veces, se deslizó por la ventana de su habitación, sin hacer ruido para no despertar a sus padres. El frío de la noche lo envolvió, pero no le importó. Dejó que la lluvia lo empapara, sintiendo cómo las gotas corrían por su rostro, mezclándose con las lágrimas que no había dejado de derramar desde que todo comenzó.
Caminó sin rumbo fijo, dejando que sus pies lo llevaran. Antes de darse cuenta, estaba frente a la casa donde Lesly vivía antes de irse a España. Se quedó ahí, de pie bajo la lluvia, mirando la casa en silencio, recordando todos los momentos que habían compartido. Cada rincón de ese lugar guardaba un recuerdo, una risa, un susurro. El dolor se intensificó, y por un momento pensó en tocar la puerta, en intentar verla de nuevo. Pero sabía que no era lo correcto, así que, con el corazón pesado, dio media vuelta y regresó a casa.
Al llegar, subió a su habitación por la ventana, empapado y temblando de frío. Se quitó la ropa mojada, secándose con una toalla. Pero el frío no se iba. Estaba en su interior, en su corazón. Necesitaba sacarlo de alguna manera.
En un impulso, tomó la guitarra que tenía desde pequeño. Había aprendido a tocarla y ahora, parecía ser la única forma de liberar todo lo que sentía. Se sentó en la cama, con la guitarra sobre sus piernas, y comenzó a tocar las cuerdas con dedos temblorosos. Una melodía suave y melancólica llenó la habitación, resonando con cada acorde.
Cerró los ojos y comenzó a cantar una canción que había escrito pensando en Lesly. La había llamado "A 9 lunas de ti", porque desde que ella se había ido, cada noche parecía eterna, cada luna más lejana. La letra hablaba de la distancia, del dolor, de los recuerdos que no podía dejar ir. Cantó con el corazón, dejando que cada palabra se llenara de la tristeza que lo consumía.
Mientras cantaba, tomó su teléfono y comenzó a grabar. Necesitaba guardar ese momento, esa canción, como un recordatorio de lo que había perdido. Cuando terminó, se quedó en silencio, con la guitarra descansando sobre sus rodillas. El video se había grabado, y sin pensarlo mucho, lo subió a YouTube. No le importaba si alguien lo veía o no. Solo quería que esa canción quedara ahí, para siempre.
Esa noche, después de subir el video, Lian se dejó caer en la cama, exhausto. Las emociones lo habían drenado por completo, pero al menos, por un momento, sintió que había liberado algo de la carga que llevaba. Cerró los ojos, y aunque el dolor seguía ahí, logró quedarse dormido, con la guitarra aún a su lado y la melodía de "A 9 lunas de ti" resonando en su mente.
Una semana después de esa noche bajo la lluvia, Lian había encontrado una nueva manera de lidiar con su dolor. Había canalizado sus emociones en la música, escribiendo canción tras canción. Las letras salían de su corazón, cargadas de la tristeza, la añoranza y el amor que sentía por Lesly. En tan solo una semana, había escrito cinco canciones más. Cada noche, después de terminar de escribir, las grababa en su habitación, tocando su vieja guitarra, y las subía a su canal de YouTube.
Durante ese mes, sus padres lo invitaron constantemente a salir. Querían que se distrajera, que saliera de ese estado en el que lo veían atrapado. Lo llevaban de compras, al cine, al parque, y a paseos por la ciudad. Al principio, Lian se sentía desconectado, como si estuviera presente solo físicamente. Pero poco a poco, comenzó a disfrutar esos momentos, a sonreír de nuevo, y a sentir que el peso en su corazón se hacía un poco más ligero.
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A 9 LUNAS DE TI
Ficção AdolescenteEn la tranquila ciudad de Fairview, Lian, un joven rebelde, y Lesly, una brillante estudiante, se ven unidos por una tragedia: el diagnóstico de leucemia de Lesly. Obligados a confrontar sus diferencias, descubren un amor profundo mientras luchan co...