Capítulo 34

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Seis meses habían pasado desde que la vida de Lian había dado un giro inesperado. Su agenda estaba llena, realizando grandes conciertos y recorriendo los mejores lugares del mundo. Sus padres lo acompañaban a dondequiera que fuera, apoyándolo en su meteórico ascenso. A sus 17 años, Lian se había convertido en una estrella mundial. Pero a pesar del brillo y el éxito, en su corazón aún latía el eco de lo que había dejado atrás.

Mientras tanto, Lesly se encontraba en una etapa crucial de su recuperación. Después de meses de altibajos, el médico le dio la noticia que todos habían estado esperando: en aproximadamente un mes, Lesly estaría como nueva. Sin embargo, para asegurar su completa recuperación, el médico sugirió que se quedara internada en el hospital para evitar cualquier recaída. Emma y su madre estuvieron de acuerdo, convencidas de que era lo mejor.

Lesly, aunque nerviosa ante la idea de quedarse interna, sabía que este último esfuerzo era necesario. La idea de poder volver a caminar sin dolor, sin la constante preocupación por su salud, llenaba de esperanza su corazón. Esa tarde, después de recibir la noticia, Lesly y Emma regresaron a casa. Lesly, aunque todavía un poco débil, se sentía más optimista que en meses. Se preparó mentalmente para lo que venía, sabiendo que este último tramo sería crucial para su recuperación completa.

Esa noche, mientras las dos primas se sentaban juntas en la cama, Emma abrazó a Lesly con fuerza. “Pronto todo esto será solo un mal recuerdo, Lesly. Vas a estar bien, lo sé.”

Lesly sonrió, con los ojos llenos de lágrimas, pero esta vez, eran lágrimas de esperanza. “Gracias, Emma. No sé qué haría sin ti.”

El apoyo de Emma y de su madre le daba fuerzas para seguir adelante. Y aunque Lian seguía ocupando sus pensamientos, decidió enfocarse en sí misma, en sanar completamente, sabiendo que el amor, la vida y todo lo demás tendría su tiempo. Ella no había dejado de pensar en él, ni un solo día. La distancia entre ellos se había vuelto un abismo, pero su amor seguía ahí, latente, aunque dolorosamente silencioso.

Esa noche, mientras Emma se dormía, Lesly se quedó despierta, mirando al techo, reflexionando sobre todo lo que había pasado en los últimos meses. Se preguntaba cómo estaría Lian, cómo se sentiría ahora que su vida había cambiado tanto. Pensó en todo lo que había dejado sin decirle, en las veces que había querido llamarlo pero no lo hizo. 

Por otro lado, Lian, en un rincón lejano del mundo, seguía brillando en los escenarios, sin saber que, pronto, el destino podría volver a unir sus caminos. Pero por ahora, ambos sabían que debían centrarse en lo que era más importante: su salud, sus sueños, y en sanar las heridas que el tiempo había dejado abiertas.

Ambos, en sus respectivos mundos, estaban a punto de enfrentarse a una nueva etapa. Lesly, con la esperanza de una recuperación completa, y Lian, con el peso de la fama sobre sus hombros. Pero en sus corazones, ambos sabían que el amor que alguna vez compartieron no estaba perdido, solo estaba esperando el momento adecuado para resurgir. Y mientras las estrellas brillaban en el cielo, una pregunta quedaba en el aire: ¿Volverían a encontrarse alguna vez? ¿O sus caminos, ahora tan diferentes, seguirían separándolos para siempre? 

El tiempo, como siempre, tendría la última palabra.

Pasaron algunas semanas desde que Lesly fue internada en el hospital. Los días se llenaban de terapias, medicinas y visitas de Emma y su madre, quienes se turnaban para estar con ella. A pesar de la situación, Lesly se mantenía optimista, enfocada en su recuperación. Sabía que este sacrificio era necesario para poder volver a ser la chica llena de vida que una vez fue.

Mientras tanto, Lian continuaba con su vida llena de conciertos, entrevistas y compromisos. A pesar de estar rodeado de fans y del éxito, en los momentos de soledad, sus pensamientos siempre volvían a Lesly. Cada canción que escribía, cada acorde que tocaba, llevaba un poco de ella. Pero con su apretada agenda, no tenía tiempo para detenerse a pensar en lo que había dejado atrás. El precio de la fama se hacía sentir, y aunque estaba logrando todo lo que había soñado, no podía evitar sentirse vacío.

Una noche, después de un concierto en una ciudad desconocida, Lian se encontró solo en su habitación de hotel, mirando la lluvia caer por la ventana. Era una de esas noches en las que el éxito parecía perder su brillo, y la soledad lo golpeaba con fuerza. Sus padres habían vuelto a casa temporalmente, y sus representantes estaban ocupados con otros asuntos. Por primera vez en mucho tiempo, Lian se sintió verdaderamente solo.

Sacó su guitarra, su fiel compañera, y comenzó a tocar suavemente. Sin darse cuenta, sus dedos comenzaron a interpretar la melodía de "A 9 lunas de ti". Las emociones lo invadieron, y sin poder evitarlo, las lágrimas comenzaron a caer. Había estado tan enfocado en su carrera, en no fallar, que había reprimido todo lo que sentía por Lesly. Ahora, bajo la lluvia y en la soledad de su habitación, esos sentimientos se desbordaron.

Después de un rato, se tumbó en la cama, mirando el techo, con el sonido de la lluvia como único consuelo. Lian sabía que no podía seguir ignorando lo que sentía. Había llegado lejos, sí, pero ¿a qué precio? Sabía que tenía que hacer algo, pero ¿qué? Su vida se había convertido en un torbellino del que no podía escapar, y aunque tenía todo lo que siempre había querido, nada de eso parecía suficiente sin Lesly.

Mientras tanto, en el hospital, Lesly también estaba teniendo una noche difícil. Había estado mejorando, sí, pero las noches eran las más difíciles. Le costaba dormir, y la soledad de la habitación a menudo la hacía reflexionar sobre todo lo que había pasado. Esa noche, al igual que Lian, escuchaba la lluvia golpear la ventana. Cerró los ojos y trató de imaginar que estaba en casa, que todo estaba bien.

Pero la realidad era que estaba lejos de todo lo que conocía. Su corazón dolía por Lian, pero sabía que necesitaba tiempo para sanar. Aun así, no podía evitar pensar en él, en cómo estaría, en si la vida lo estaba tratando bien. Había leído sobre su éxito, había escuchado sus canciones nuevas, y cada una de ellas parecía acercarla más a él, pero también la llenaba de tristeza. Se preguntaba si alguna vez se cruzarían de nuevo, si alguna vez podrían hablar de lo que había pasado entre ellos.

Con esos pensamientos en mente, Lesly se quedó dormida, esperando que el nuevo día trajera consigo un poco más de esperanza y claridad. Pero esa noche, mientras ambos estaban separados por miles de kilómetros, sus corazones latían al mismo ritmo, reflejando el amor que aún compartían, aunque sus caminos los llevaran en direcciones opuestas. 

El destino, implacable e impredecible, aún tenía mucho que decir en sus vidas.

A 9 LUNAS DE TI Donde viven las historias. Descúbrelo ahora