Capítulo 9

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Cuando el reloj marcó las tres en punto, Lian llegó a la casa de Lesly. Emma fue la primera en recibirlo, saludándolo con una sonrisa cálida y bromeando sobre lo puntual que era. Lian, algo nervioso, le devolvió la sonrisa mientras entraba.

—Lesly está en su habitación —le dijo Emma—. Vamos, te llevaré.

Al entrar en la habitación, Lian se encontró con Lesly sentada en la cama, rodeada de algunos libros y revistas que habían estado leyendo durante el día. Ella levantó la vista y sonrió al verlo.

—Hola, Lian —dijo Lesly, dándole la bienvenida—. ¿Cómo estás?

—Bien, gracias —respondió él, acercándose a la cama—. ¿Y tú? ¿Cómo te sientes hoy?

—Mejor, mucho mejor. —Lesly hizo un gesto hacia los libros—. Emma y yo hemos estado leyendo un poco. Encontré algunos libros viejos que me encantan.

Emma, que estaba apoyada contra la pared, miró a ambos con una sonrisa antes de hablar.

—Bueno, les dejaré un rato a solas. Si necesitan algo, estaré en la sala.

Con una pequeña risita, Emma salió de la habitación, dejando a Lesly y Lian en compañía mutua. Hubo un momento de silencio cómodo antes de que Lian se sentara en la silla junto a la cama.

—¿Qué están leyendo? —preguntó, mirando los libros esparcidos.

—Oh, nada en particular —respondió Lesly—. Solo estábamos hojeando algunas cosas y recordando viejas historias.

Lian cogió uno de los libros y lo miró con curiosidad.

—Este parece interesante —dijo, mostrando una novela de aventuras—. ¿Te gustan este tipo de historias?

Lesly asintió, con una pequeña sonrisa.

—Sí, siempre me ha gustado leer sobre mundos diferentes, aventuras que te llevan a lugares que nunca podrías imaginar. Es una forma de escapar, supongo.

Lian asintió, comprendiendo lo que ella quería decir.

—A mí me pasa algo similar. Cuando era más pequeño, solía perderme en las historias de ciencia ficción. Eran como una puerta a otros mundos.

Lesly lo miró con interés, disfrutando de la facilidad con la que podían hablar ahora.

—¿Tienes algún libro favorito? —preguntó, queriendo conocer más sobre él.

Lian pensó por un momento antes de responder.

—Supongo que uno de mis favoritos es *1984* de George Orwell. Es un poco oscuro, pero me hizo pensar mucho sobre el mundo y cómo lo vemos.

Lesly sonrió, sorprendida.

—Yo también lo leí. Es un libro increíble, aunque un poco inquietante.

—Sí, lo es —Lian se rió—. Pero me gusta cómo te hace cuestionar las cosas.

Continuaron hablando de libros, compartiendo recomendaciones y discutiendo los temas que más les habían impactado en sus lecturas. A medida que pasaba el tiempo, se dieron cuenta de que la tarde se les había escapado, y la película que habían planeado ver juntos quedó olvidada.

En lugar de eso, se sumergieron en una conversación profunda sobre la vida, sus miedos, y sus sueños. Lesly se sintió cómoda abriéndose a Lian de una manera que nunca había hecho antes. Le habló de sus preocupaciones, de cómo su enfermedad había cambiado su vida, y de lo difícil que había sido aceptar que ya no podía hacer las cosas que una vez amó, como bailar.

A 9 LUNAS DE TI Donde viven las historias. Descúbrelo ahora