Capítulo VII

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Al día siguiente me quedé dormido, no sabría explicar por qué estaba tan cansado, pero por la tarde me quedé dormido en el sillón y desperté a la cuatro de la tarde, desperté asustado y al ver la hora salí corriendo de mi casa. Al llegar al hospital fui directo al área de oncología y los niños estaban esperándome un poco tristes.

—Creímos que no vendrías hoy. — Me dijeron algunos de ellos

—No faltaría con ustedes. — Me senté en la cama de Peter, uno de los niños, y comencé a leerles, mientras seguía con la lectura dieron las seis y tuve que irme, hoy no podría visitar a Samu, sería la primera vez que faltaría desde que lo conocí.

Llegué a mi casa sintiéndome vencido, ni siquiera rogándole a Ali pude entrar a ver a Samu, ella no podía dejarme pasar y ninguna de las enfermeras, me sentí muy mal, solo esperaba que estuviera muy bien mañana que lo viera. Esa noche tuve el mismo sueño que me había estado atormentando desde hace días.

Al día siguiente a falta de una respuesta concisa sobre mis sueños he recurrido a la persona que todo lo sabe, que todo lo puede y que todo lo quiere...

— ¡Mamá, no estoy enamorado de él! — Dije prácticamente gritando al teléfono mientras sostenía una llamada telefónica con mi madre

— ¿Cómo estás tan seguro? — Me preguntó ella

—Ni siquiera le conozco mamá, desde que lo vi por primera vez ha estado en coma, ¡¿cómo me voy a enamorar así?! —

—Ay hijo, no es necesario hablar con un persona para desarrollar sentimientos por ella, las palabras no mandan en tu corazón, si no tus sentimientos, así que puedes estar enamorado. —

—Bueno, viéndolo así podría una persona enamorarse, pero yo no lo estoy. —

— ¿Por qué te niegas al amor Guille? — Se escuchó otra voz femenina del otro lado del teléfono, Karol

—Hola hermanita. — Le reproché. — No me niego al amor, es solo que no estoy enamorado. —

—Bueno, por lo que escuché de tus sueños yo diría que sí. —

— ¿Desde cuándo estás ahí? — Pregunté alterado

—Desde que mamá cogió el teléfono. — Se burló de mí, esa típica burla de hermanos

— ¡Pero es que no lo conozco, ni siquiera sé su verdadero nombre! —

—Guille, no es necesa...— La corté

—Sí, sí, ya escuché esa filosofía hace unos segundos. —

— ¡Entonces aplícala pringado! — Me gritó y luego se descojonó, pude escuchar hasta la risa de mamá

—Si solo van a burlarse de mí...— Les dije obviamente en tono de reproche

—Lo sentimos Guille, solo puedo decirte que debes dejarte llevar por tus sentimientos, si estás enamorado de ese chico, pues amalo. —

— ¿Pero si alguno de mis sueños termina siendo real? Si cuando despierte resulta que tiene una familia, ¡no podría hacer nada contra eso! —

—Tranquilo Guille, sabes que las cosas pasan por una razón. — Sentía su calor maternal aun a través del teléfono. — Y pase lo que pase, estaremos aquí para ti. — Podía sentir su sonrisa del otro lado de la llamada, mi madre tiene la sonrisa más hermosa del mundo. — Y eso también va por parte de tu padre, que acaba de llegar. —

—Hola Guillermo. — Escuché por la línea.

—Hola papá, ¿cómo va el trabajo? —

—Muy bien, vi uno de tus libros en un aparador cuando iba al trabajo esta mañana y no pude evitar parar a comprarlo, se lo he presumido a todos en la oficina, ¡Estoy muy orgulloso de ti! —Me dijo muy emocionado

A TU LADO { Wigetta}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora