Cada beso, cada movimiento, cada caricia se intensificaba... de un momento a otro nos encontrábamos en la habitación de Samuel. Decir que me encontraba nervioso era poco. Samuel me tomaba muy fuerte por la cintura en un agarre que podía llegar a ser un poco doloroso, sus besos eran tiernos y a la vez posesivos-S-Samuel-Dije en un susurro, sí, lo estaba disfrutando pero los nervios, el miedo y todo lo que se estaba juntando en ese momento me hacía pensar en cómo sería...
- ¿Qué es lo que pasa Guille? -Se separó un poco de mí para posar su mirada en la mía, en la suya se podría decir que reflejaba felicidad y tal vez un poco de lujuria... un poco, si claro.
Con ver mi mirada pudo entender lo que pasaba, era obvio que reflejaba miedo, mi cuerpo pedía a gritos lo que se avecinaba. Dejé de lado todo el miedo, o bueno, eso me planteé en el momento en el que me abalancé sobre él, caíamos sobre la cama, me puse a horcajadas sobre Samuel para después rozar levemente sus labios y pronunciarle un "Te quiero" que tenía guardado hace ya tiempo- No tienes idea de lo feliz que me hace escuchar eso - Con un movimiento ágil Samuel me rodeó la cintura con un brazo, me recostó en la cama quedando ahora yo debajo de él y me beso los labios, pasó a mi mandíbula dejando un camino de besos por ella hasta mi cuello. Se entretuvo por varios segundos en el mismo sitio dejándome sentir la succión de sus labios en la piel de mi clavícula, dejé escapar un leve gemido mientras sentía sus manos adentrarse por debajo de mi camiseta intentando llevar la tela hacia arriba. Las manos de Samuel eran ágiles, su objetivo era simplemente despojarme de la primera prenda de ropa que tuvieran en su camino. Samuel se levantó de su antigua posición y clavó sus ojos en los míos sin esperar a que yo respondiera algo, empezó él mismo a desabotonar lentamente su camisa. Yo estaba prácticamente quedándome sin aire.
Terminó de desabotonar su camisa y se despojó de ella. Bajo sus labios hasta mi cuerpo y comenzó a recorrer con ellos mi piel. El roce de su boca húmeda en mi piel caliente provocaba una sensación placentera. Pequeños calambres recorrieron mis brazos y piernas, no de una forma que provocara dolor, era placentero e intenso.
Levantó su rostro fijando su mirada en la mía, con mis manos lo atraje hacia el mío para plantarle un beso que irradiaba ternura, lujuria pero sobre todo pasión, sus labios encajaban perfectamente con los míos, era como si sus labios hubieran sido diseñados o moldeados para los míos, introduje mi lengua en su boca así provocando un beso mucho más profundo. Me separe de él para volver a ponerme a horcajadas sobre Samuel, acerqué mi rostro para decirle unas palabras - Hace unas semanas nunca me hubiese planteado la posibilidad de estar de una manera tan íntima como en este momento - Empecé a darle tiernos y cortos besos, uno en sus labios otro en la punta de su nariz, su frente, ambas mejillas hasta llegar a su mandíbula y empezar a dejar un camino de besos como él lo hizo, llegué al área de su cuello y empecé a dejar tiernos besos, sentí como su cuerpo se tensaba - Yo... Guille, desde el día que te vi me gusta...Aghrrr - Un gemido salió de sus labios así dejando por terminada su frase. La piel de Samuel era perfecta, seguí con el camino de besos que inició en su mandíbula, tuve una pequeña parada en su cuello y seguí hasta llegar a sus pezones. Al succionar sentí como las reacciones de su cuerpo y sus gemidos me ponían de una manera que no era ni medio normal, nunca me había pasado esto antes. Nuevas sensaciones recorrían mi cuerpo, mi piel se ponía cada vez más caliente. De un momento a otro los dos nos encontrábamos ya sin nuestros pantalones, solo teníamos la estorbosa tela de nuestros boxers.
Samuel me tomó de la cintura para acercarme a su cuerpo y depositar un beso en mis labios para después alejarse y empezar a deslizar sus manos por mi cuerpo hasta llegar a la fina tela de mis boxers. La situación hacia que mis mejillas se sintieran calientes. Samuel me recostó en la cama y se acercó para seguir con la tela de mis boxers y quitarla, me encontraba totalmente desnudo frente a él, sabía lo que se avecinaba y mi cuerpo se puso mucho más caliente, paso seguido Samuel se encontraba de la misma manera que yo... desnudo... su espalda ancha, su cuerpo bien marcado, su rostro. Sus ojos color chocolate eran los ojos más lindos que pude haber visto, esos lindos y finos labios, esa sonrisa que me transmitía felicidad... todo de él era perfecto.