Lo que Samuel acababa de decir no era una noticia, o bueno si lo era, pero para mí eso era una bomba y no una bomba de aire común, esto era como la bomba de Hiroshima como si hubiese caído tan cerca de mí, que destruyó todo a su paso... No podría describir mi cara de sorpresa, puesto que yo no puedo verla, pero su expresión cambió al instante de ver mi rostro. -Oh... Mmm... Me... - Me trabé, no podía articular una sola palabra, quería decirle que me daba gusto por él, pero eso era lo más falso que mi cabeza algún día había pensado. - ¡He chaval! Estoy bromeando -Dijo con una sonrisa, sentí como todo mi ser se relajó al instante hasta que... - Lo de mi edad... en realidad tengo 20 años- Dijo con cara seria.
- ¡Buah!, ¡chaval esa ni tú te la crees! - Dije algo aturdido por la noticia anterior - Tienes razón, me veo más joven, ¿Cierto? - Dijo con una sonrisa que por dios juraría que esa sonrisa era la más hermosa que había visto... ¡oh pero que estoy diciendo!
Después de hablar un rato más con Samuel, la duda de si era verdad lo de su familia me comía por dentro, quería saber si en verdad tenía esa gran familia o era falso.
- ¿Samuel? - Dije algo nervioso, no quería que se diera cuenta que me preocupaba que él tuviese familia y si le decía "Samuel, ¿Si tienes familia o me estas engañando? o algo como ¿Si tienes familia donde está en estos momentos?" Quiero ser algo delicado... cómo decirlo, no quiero que piense que no me gusta la idea de que tenga familia o que me molesta o algo parecido.
-Sí, ¿Guille? -
-No me has contado más sobre tu esposa e hijos... ¿Cómo son? - Pregunté algo nervioso.
-Guille, Guille, si que eres despistado, hace unos momentos te dije que era broma... - Con esto que me acaba de decir me sentí liberado de una manera inmensa, no podría describir la felicidad que me daba escuchar aquello...
-¡¡Oh!! ¿Enserio me lo dijiste? - Dije para disimular que en realidad si lo había escuchado
Teníamos un rato ya de hablar, en realidad este chaval agradaba, su forma de hablar era un poco chistosa, pero su forma de ser es tan linda, todo lo toma a juego, a todo le da un sentido gracioso y aunque cuenta unos chistes más salados que ¡por dios!, no podría compararlo ni con la propia sal, pero su risa me contagiaba, teníamos ya 2 horas de conocernos oficialmente, ya me había contado una parte de su vida y me había contado esos chistes tan malos. Ya había llegado la hora de que terminara la visita, no tardaba en llegar Ali a avisarme que tenía que irme y despedirme, lo previsto sucedió, vimos a una Ali entrar después de haber dado unos cuantos toques a la puerta -Hola Samu, ¿No te importa que te diga así? -
-No hay problema - Dijo Samu con una sonrisa
-Oh pero que descortés, ¿no piensas saludarme a mí? - Dije en tono de reproche e indignación.
-Lo siento, Hola Guille - Y volvió su mirada a Samuel, yo solo me quede con la boca abierta por su respuesta... en ese momento Ali y Samuel empezaron a descojonarse en carcajadas, - ¿Qué es lo gracioso? -Pregunté aun enojado por el saludo de Ali- Ay Guille, tu cara de hace unos segundos fue épica - Dijo Samu aun riéndose yo solo lo fulminé con la mirada para que se diera cuenta que esto no me causaba nada de gracia - ¡Ay Guillermo Díaz! Que amargado, era solo una broma - Dijo Ali, me sentí un poco estúpido por mi forma de reaccionar...
***
Ya hacía tres días desde que Samu, o bueno Samuel, despertó, estos últimos tres días han sido muy buenos, han sido de buenas noticias... Me levante de mi cama, fui directo a la ducha, me cambie y fui a hacerme desayuno; después fui y revise mi celular para ver la hora tenía 3 llamadas perdidas de mi madre, decidí volver a marcarle, supongo que ella lo quiere así ya que fueron tres llamadas, supongo que algo importante me dirá, - ¡Hola madre!- Dije en cuanto tomó la llamada - Hola Guille, ¿Cómo estás hijo? - Preguntó con su típico interés de madre preocupada. - Bien madre, ¿Necesitas algo? -