A mitad del día subí a cambiarme la camiseta, Samuel se había encerrado de nuevo en su oficina, y llamé a mi madre.
-Hola. - Contestó mi madre al otro lado de la línea
-Hola mamá, ¿cómo va todo? -
-Aquí todo va perfectamente, ¿cómo va todo por allá?, ¿cómo vas con Samu? - Todos los colores subieron a mi rostro
- ¡Mamá, que no podemos hablar de otra cosa que no sea eso! -
- ¿Qué pasa, pelearon? - Me preguntó con un tono de voz tan preocupado
-No, mamá. Claro que no. - Le respondí muy seguro
-Entonces... ¿cómo va todo? - Volvió a preguntar
- ¡Mamá! -
-Vamos Guille, viven juntos, no me digas que ni un besito más...-
-Bueno... sí. - ... hasta más madre mía... obviamente no iba a decirle eso a mi madre
- ¡Lo sabía! Estoy muy feliz por ti, Guille. ¿Ya son novios? - Y eh ahí la pregunta sin respuesta... ¿qué éramos Samuel y yo realmente? Nunca me había pedido que fuéramos novios... aunque yo también podía pedírselo ya que ambos somos hombres... solo que yo no me siento capaz de decirlo, no podía explicarlo...-¡Guille! - Gritó mi madre por el móvil
- ¿Sí? -
-Hijo mío, te quedaste callado y no respondías, ya pensaba que te habías desmayado o habías visto a Samuel sin camiseta. -
- ¡Pero mamá, ¿qué estás diciendo? -
-No estoy ciega, hijo, y con todo y los suéteres se le veía muy bien. - cómo podía mi madre estarme diciendo eso
-Mamá, por favor. - Entre la extrañeza y el susto, me reía a carcajadas, mi madre no tenía remedio. -Mira que le voy a decir a papá que estás diciendo esto. - Le amenacé
-Pues mira que tu padre aun con sus años, es como los buenos vinos. -
-Creo que debo colgar esta llamada si no quiero terminar con la infancia destruida. -
-Que nena eres. -
- ¡Pero mamá, que dices! -
-Lo siento, lo siento, últimamente estoy mucho en redes sociales. - se excusó
-Creo más bien que Karol te está afectando. -
-Ay, me encanta tenerla aquí. -
- ¿Y dónde está que no ha venido a acosar la llamada? -
-Salió, tiene un tiempo saliendo con un chico llamado Ian, es tan mono, te encantará conocerlo. -
- ¿Cómo que saliendo? Eh, eh, eh, que yo debo conocerlo antes de cualquier cosa. -
-La próxima vez que vengan Samu y tú a Londres le diré que lo invite a comer. -
-Sí... debo irme mamá, debo buscar un libro para leerle a los niños. -
-Ay, Guille, si eres tan bueno con los niños del hospital, te imaginas cuando tengas tus propios hijos. -
-Debo irme mamá. -
-Me llamarán abuela y a Samu...-
-DEBO IRME MAMÁ, TE AMO, NOS VEMOS PRONTO. - Corté la llamada de inmediato. Pero no pude evitar imaginarme a un pequeña niña llamando "papá" a Samuel, siempre me gustaron las niñas pequeñas, creo que porque mi única hermana fue niña y me tocó cuidarla. Me acerqué a mi maleta para buscar algún libro, pero no encontré ninguno, entonces recordé que en mi mochila había guardado uno de los libros que había tomado de la casa de mis padres. - Sabía que estabas aquí. - Le hablé al libro, típico de mí, lo puse sobre la cama para volver a acomodar la mochila donde estaba. Me acerqué al espejo y me acomodé por última vez el cabello, tomé el libro de la cama, guardé mi móvil en la bolsa del pantalón y como si estuviera planeado comenzó a sonar, era Mia. - Hola Mia. -Le saludé