Unos días después de recibir la carta de Kylie, Mónica y Maximiliano llevaron a Ella a pasear por el parque, el doctor había recomendado a Mónica que saliera pero no hiciera muchos esfuerzos. Mía y Rubén salieron a pasear por Los Ángeles, no sin antes llamar a Guillermo para que fuera con ellos, pero el chico no lo hizo. Guillermo había estado viviendo en esa casa por insistencia de Ella, porque al final él sabía que debía volver a España, así que había aceptado quedarse con ella.
Guillermo estaba en la cocina después de haber peleado con Sarah para lavar los platos después de la deliciosa cena que ella les había preparado. Para cuando terminó se sentó en uno de los bancos junto a la barra y tomó una naranja del frutero.
─ ¿Le has ganado a Sarah? ─ Preguntó Samuel después de haber entrado a la cocina y haber tomado un vaso llenándolo con agua fría.
─Sí, es muy insistente, pero yo lo fui más. ─ Sonrió un poco y siguió trabajando en quitar la cascara de la naranja, lo cual era muy difícil gracias a sus uñas perfectamente recortadas. Samuel abrió el refrigerador, tomó algo y al final puso un recipiente en la barra justo frente a Guillermo: Fresas.
─Oh. Gracias. ─ Dijo el castaño al notar el recipiente, puso la naranja a un lado y tomó una fresa.
─Guille, Guillermo. ¿Podríamos hablar ahora? ─ Samuel se notaba un poco desconfiado.
─Creo que eso sería bueno. ─ Tomó una segunda fresa y mordió la mitad. ─ Dejaré que hables primero. ─Puso la segunda mitad en su boca y dejó la pequeña hoja junto al recipiente
─Yo, cuando te fuiste realmente la pasé mal, muy mal puedo decir, no quería tenerte lejos, no quería que te fueras. Después la llamada que Kylie te hizo, lo que sea que haya dicho era una mentira, yo te amo a ti. ─ Guillermo lo escuchaba con tacto. ─ Y cuando ese chico se apareció en mi casa, nuestra casa, diciendo que era tu novio...─ Guillermo arrugó el entrecejo. ─ Y aquella foto, ardí en celos, estaba furioso conmigo mismo por haber hecho que te fueras. En ese momento sentí que te había perdido completamente. ─Guillermo reflexionaba las palabras de Samuel mientras este seguía hablando. Su móvil sonó pero no lo respondió.─ Por eso decidí ir a España, quería recuperarte, y sé que suena egoísta porque tú estabas rehaciendo tu vida con él, pero no podía dejar las cosas así. ─ Ahí estaba de nuevo, Guillermo con aquella confusión en su rostro. Y su móvil sonó de nuevo.─ Y ahora que Kylie nos ha dejado en paz, no puedo evitar pensar en la posibilidad de que... Puedes responder si quieres. ─ Dijo Samuel cuando el aquel móvil se escuchó por tercera vez. Guillermo salió de su pequeño trance, tomó su móvil y vio el nombre de Emma brillando en aquella pantalla.
─Espera un momento, debemos aclarar eso. ─ Tomó su móvil y deslizó un dedo por la pantalla. ─ ¿Hola? ─ Habló respondiendo la llamada.
─Guille, ¿Dónde estás? La chica del móvil me ha dicho "¿Quiere realizar una llamada internacional?" ¿Te has ido ya a Francia? ─ Emma comenzó a hablar desde que escuchó al chico responder.
─Tranquila Emma, estoy en Los Ángeles. Te lo explicaré cuando regrese. Puedes decírselo a los chicos, ¿cierto? ─
─Claro que sí, pero debes contarme eh. Yo creyendo que te veré al día siguiente, esto han de sentir las chicas cuando las dejan plantadas. ─ Guillermo rió un poco. ─Le diré a Ali que estaré viniendo sola, tendré que leerles uno de tus libros o inventarme una historia yo sola. ─ Seguía hablando aquella chica.
─Por favor, no les cuentes historias sobre princesas en torres muy altas y dragones custodiándolas. ─
─Claro que no, ¿por quién me tomas? ─Guillermo rió de nuevo.