Capítulo 8

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• Christian •


Cuando por fin llegamos a cubierta del Jarana, no había rastro de ningún marinero. Bastó darnos cuenta de ello para que, dos segundos después, se escuchara el barullo de varias personas acercarse. El barco estaba anclado al fondo del mar, cerca de la orilla, pero tuvimos suerte de que no tuvimos que mojarnos nadando hasta donde estaba el navío. Weasley y los suyos habían colocado una pasarela bastante larga desde la cubierta a la playa. Fue por donde habíamos subido.

Y también por donde estaban subiendo ahora el capitán del barco y su tripulación. Les habíamos invocado de alguna forma.

—¿A quién tenemos por aquí? Tyler Weasley... Mi querido amigo —solté, tan pronto se subió al barco.

—Vaya... El hombre que mató a mi mujer: Christian Sallen.

—Supéralo, Tyler. Hay más peces en el mar. Y seguro que de mejor calidad.

—¿Vienes a saldar tus deudas? —me dedicó una sonrisa falsa.

—Creo que eso lo dejo para otro día. —imité su gesto—. Vengo a averiguar por qué estáis aquí.

—A veces, las cosas que uno no sabe es mejor que siga sin conocerlas.

—¿Y eso porqué? ¿Tan importante es el motivo por el que estáis aquí?

Quien respondió a mi pregunta, era la última persona que esperaba escuchar.

—Son asuntos que no te incumben.

Reconocí su voz al instante.

—¿Qué demonios haces aquí, Lia? —la miré serio.

—Tratos, Christian.

—¿Con ellos? —cuestioné.

—Una tiene que buscarse la vida. ¿no crees?

—Sí, pero estoy seguro de que había otras formas —respiré hondo, y volví a dirigirme al capitán.

—Veo que cuentas con menos hombres. ¿La última emboscada terminó mal? —esbocé una pequeña sonrisa para picarlo.

Quería cambiar de tema. No la veía desde que dejamos de ser pareja. Y me chocaba verla ahora, más con esta gente.

—Cállate, Christian —me ordenó el capitán.

—Sabes que no voy a hacerlo —volví a fijar mi mirada en Lia—. ¿Cómo has caído tan bajo?

—Caí realmente bajo cuando decidí creer que me querías.

El ambiente se tensó por completo. Hicieron falta nueve palabras para descolocarme. Si supiese la verdad...

Esa sensación se percibía durante la conversación que estábamos manteniendo.

—Capitán Weasley —pronunció un marinero—. Hay un hombre corriendo por la playa.

Ambos giramos la cabeza en dirección a la costa.

—Maldita sea... —maldecí por lo bajo.

—¿Algún problema, Sallen? —me preguntó Tyler.

—Por lo general, arrastro muchos Weasley, ya sabes... —le sonreí rápido para luego mirar a los miembros de mi tripulación, estaban detrás mía, a un par de metros. Esa era la señal para que tomaran una posición para atacar.

—Me da la impresión que el hombre que está corriendo es tu hermano —me miró sonriendo para luego soltar al aire—: Parece que se nos acumulan los invitados, marineros —comentó a su tripulación.

Aguas de Sallen: Dos fines ( 1 ) [YA EN FÍSICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora