Capítulo 34

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· Christian ·


La verdad es que sí. Tenía miedo. No encontraba las palabras que pudieran definir lo que estaba sintiendo. Pero todo sea dicho, me había enamorado de ella. Ya no había nada que hacer. Combatir contra el amor, es una batalla perdida. Y es algo que conozco muy bien. Porque desde mi experiencia, afirmo que uno puede enamorarse de varias personas a lo largo de su vida, pero sólo una marcará la diferencia.

Katerina lo había hecho; era distinta. Toda nuestra historia fue distinta a la de las demás chicas con las que había estado. Nosotros empezamos de una forma bastante extraña. No nos odiamos, pero sí tuvimos una pequeña tirria recíproca; y era comprensible. Yo la había secuestrado, ella me sacaba de mis casillas. Nos compensamos de la peor manera. Pero una vez aprendí a escuchar, y ella a callar, todo se volvió distinto.

Yo soy alguien complicado, y ella una chica reservada. Aunque me haya dejado claro que no soy lo que necesita, sé que se equivoca. Porque en medio de nuestras tormentas personales, nos entendemos. Y, a pesar de sus pensamientos y mi miedo, en el fondo, los dos sabemos que somos lo que el otro necesita. La combinación óptima.

Y conservo la poca fe que me queda, para creer fielmente en que el amor tiene algo reservado para mi. Y sé que ese algo es ella.

Sólo quiero que sea ella.

Aguas de Sallen: Dos fines ( 1 ) [YA EN FÍSICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora