Capitulo 1

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En cuánto escuche la alarma de mi móvil alce mi mano para apagarla, pestañee varias veces y me incorpore.

Bueno, pues otro dia.

Me levante de mi cama, entre en el baño y me acerque al lavabo. Con pereza abri el grifo y meti las manos debajo del agua para después mojarme la cara y despejarme un poco. Decidí darme una ducha y para colmo, me la di con agua caliente.

Últimamente estaba más deprimido, hacia unos meses lo había dejado con mi novio y no me encontraba nada bien. Hoy era uno de esos días en los que desearía no haberme levantado.

Escuche el sonido de una notificación de mi móvil pero la ignore y sali a la cocina, abri la nevera y agarre una manzana. No tenía hambre pero tenía que comer algo antes de irme a entrenar. Antes de dar el primer bocado escuché como llamaban a la puerta de mi casa y me acerque a abrirla.

-¿Que haces todavía en pijama, Pablo? -pregunta, Rodrigo alza sus cejas y yo alzó mis hombros.

Me hice a un lado para que entrará y eso hizo.

-¿No has leído mi mensaje? -pregunta.

-La verdad que no, no he mirado el móvil. Me he despertado hace 10 minutos como mucho. -respondi y le entregue una manzana.

Me sonrie.

-Joder, tío. ¿Te llevo yo hoy al entrenamiento?

Alce mis hombros.

-Me la suda.

-Porfavor, dime que no te has levantado pensando en Álex. -murmura.

Rodrigo era el único del equipo que sabía que me gustaban los chicos, él había conocido a mi ex y desde el principio me dijo que no era como aparentaba. Y tenía razón.

-Es inevitable, le quería mucho. -susurro dándole un bocado a mi manzana.

Rodrigo se sienta a mi lado, me mira y veo preocupación en sus ojos.

-Porfavor, olvidate de él. No veas sus historias, ni sus fotos, nada, ni siquiera las fotos que tenéis. Él se lo ha perdido, se ha querido acostar con otro estando contigo, no merece tus lágrimas, Pablo. -dice y me acaricia la mejilla-. Eres un tío que vale muchisimo, no llores por él.

Asenti.

-Vale, gracias Rodrigo.

-Ven. -dice y se levanta del sofá.

Entrelaza su mano con la mia, mi corazón bombeo rápidamente y me puse colorado. Me levantó del sofá, me llevó al baño y note como se ponía rojo.

-Joder, Pablo. Menudo calor. -nos acercamos al lavabo.

-Prefiero morir de calor. -respondo.

Rodrigo me fulmina con sus ojos verdes miel y mira el espejo, acerca su dedo y empieza a pasarlo sobre el vapor.

¿Que estaba haciendo?

«Te... quiero...»

Sentí una ola de felicidad recorrer mi cuerpo antes las palabras que había escrito en el espejo y se giro para mirarme.

-Yo... joder, menuda cursi...

Le rodee con mis brazos y enterre mi cara en su cuello, suspire y le aacaricie.

-Gracias, Rodrigo. Eres el mejor.

Me separe de Rodrigo, le mire y volvi a hablar.

-¿Me esperas para cambiarme o es mejor que lo haga en el vestuario? -pregunte sonriendo de lado.

El efecto [Pablo Barrios X Rodrigo Riquelme]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora