-Lo que no logró
comprender es porque
no dices nada. J*der, Rodrigo. Acabo de
decirte que me gustas y tú
estas como un tonto
sonriendo.
-Si prefieres me quedo
callado
-No, haber, al menos responde.
Que me siento como un idiota
-Vale, pues no re...
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—¿¡Que!?
No me lo podía creer, ¿enserio este era el mismo Pablo que hace dos días me tenía chorreando en su abdomen? No me lo podía creer...
—Rodrigo, no reacciones así, ¿vale? Solo digo que no quiero hacerte el amor teniendo tantos moratones e tu espalda y para que cuando te intentes mover no puedas hacerlo.
Sabía que por una parte tenía razón, pero...
—Pablo, llevamos 2 días sin tocarnos... —sollozo.
Joder, ¿enserio me había dicho esas palabras? Me dolía tan sólo de recordarlas...
—Lo sé, lo sé.
Sentí como las lágrimas caían por mis ojos. ¿Algun vez os había pasado que habiais deseado tanto a tu pareja que cuando te decía de no hacerlo de una manera suave aún así te dolia? Me estaba pasando justo ahora.
—¿¡Y porque coño no me follas, eh!? —grite, desesperado.
Me daba muchísima vergüenza actuar de este modo así con él pero... le conocía de hace 1 año y algo más —por no decir que cuando estaba en el juvenil él le daba like a mis publicaciones de Instagram, aún así yo teniendo novia—, y, joder, ¿estaba tan mal sentirme desesperado por mi novio?
—¡¡Rodrigo te voy a follar!! Pero no con todos esos moratones en la espalda, ¿acaso te gusta el dolor o que? —responde irritado.
—¡Esque te necesito ya! —sollozo—. ¿Que pasa? ¿Que eres un miedica y te da miedo hacermelo en tu coche o que?
Pablo
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—¿Acaso ya no te gusto...? —pregunta, con lágrimas en los ojos y siento como algo se rompe dentro de mi.
—Rodrigo... no digas eso. Me gustas un montón...
—Pues no lo parece... —susurra y baja su mirada.
Le rodeó la espalda con mis brazos, apoyo mi cabeza en su hombro y dejó un beso suave.