-Lo que no logró
comprender es porque
no dices nada. J*der, Rodrigo. Acabo de
decirte que me gustas y tú
estas como un tonto
sonriendo.
-Si prefieres me quedo
callado
-No, haber, al menos responde.
Que me siento como un idiota
-Vale, pues no re...
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Estaba en mi habitación, viendo la tele cuando mi móvil vibra con una notificación. Me muevo para cogerlo y veo que Rodrigo me ha escrito.
Rodrigo: ¿Puedo ir a tu casa?
Yo: Claro, ¿que sucede?
Rodrigo: Te lo cuento mejor allí, ¿vale?
Yo: De acuerdo
Rodrigo me dejó en visto y yo me salí de WhatsApp, apague el móvil y me quedé mirando el techo preguntándome que le pasará a Rodrigo.
Rodrigo
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Acababa de llegar de entrenar y me baje de mi coche nada más aparque en el garaje de mi casa, lo cerré y camine hasta la puerta de la entrada.
No había no entrado por la puerta cuando escuche voces desde el interior, haber, no era tanto como para llegar a gritos, pero si que se escuchaba desde la puerta de la entrada.
—¡Esque no aguanto que no me ayudes con la casa! —dice mi madre, por lo que supongo que esta discutiendo con mi padre, otra vez—. ¡Yo no puedo sola con una casa de dos pisos, José!
Joder, ¿otra vez estaban discutiendo por la casa? No me lo creo...
Antes de entrar en casa saque mis cascos, me los puse y me los conecte para escuchar música y pasar del problema. Abrí la puerta de casa, ignore los gritos y subí las escaleras para ir a mi cuarto.
Entre en mi habitación, deje mi mochila del fútbol y saque mi móvil. Me metí a WhatsApp y escribi a Pablo.
Yo: ¿Puedo ir a tu casa?
Pablo: Claro, ¿que sucede?
Yo: Te lo cuento mejor allí, ¿vale?
Pablo: De acuerdo.
Deje a Pablo en visto, salí de WhatsApp y apague mi móvil. Mire mi ropa y decidí que era mejor cambiarme antes de ir a su casa. Me vesti lo más rápido que pude, me guarde mi móvil y sali de mi habitación bajando las escaleras y abriendo la puerta de la entrada para salir.