Capítulo 25

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Rodrigo

—Rodrigo —empieza—

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—Rodrigo —empieza—. Tenemos que hablar.

Tragué saliva, mire a mi hermano pidiendo ayuda porque no sabía que hacer pero él estaba con la misma expresión que la mía.

—¿De... de que quieres hablar, papá? —pregunto.

Mi padre mira a Alejandro seriamente, mi hermano parece entender que sobra en ese momento y sale de la habitación. Casi le pido que se quede, que no me deje solo con mi padre en ese momento.

—Bien, ahora que Alejandro ya se a ido quiero que hablemos hijo.

Tragué saliva.

—¿De que quieres hablar? —repito la misma pregunta de hace unos segundos.

—Quiero que hablemos de ese nov... de tu novio, hijo —suspira, parece como si le costará pronunciar esas palabras—. Llevas 2 semanas en casa y es como si estuvieras evitando a tu padre, Rodrigo.

¿Que es como si le estuviera evitan...?

—Pues claro que te estoy evitando, papá. ¡Pegaste a una cría de cachorro y después me pegaste a mí! —dije sin pararme a respirar—. ¡En lugar de hablar conmigo las cosas tranquilamente decidiste actuar como un... no te reconocía, papá!

—Lo sé, hijo, lo sé. Por eso mismo venía a disculparme contigo —¿que?—. Reaccione de la peor forma que puede o tiene que reaccionar un padre y entiendo que te fueras de casa pitando.

Le mire con incredulidad. ¿Acaso esto era un sueño?

—Quiero pedirte perdón, se que ahora mismo estás enfadado conmigo y no quieres verme la cara...

—¡Pues claro que estoy enfadado, papá! ¿Esque no lo entiendes? ¡Pegaste a un cachorro recién nacido! ¿¡Que clase de persona reacciona así?! Quizás no era el mejor momento para enterarte de que tu hijo tenia novio, ¡lo entiendo!, pero tampoco tenias que haber reaccionado de ese modo —exploto—. ¡¿Sabes que me hiciste moratones en la espalda gracias a las patadas que me diste?!

Mi padre suspira y asiente. Se acerca a mi cama y yo retrocedo inconscientemente, me mira sorprendido pero no me acerco a él.

—Rodrigo, de veras que lo siento. —repite—.  Y tienes razón, reaccioné de una manera muy poco apropiada en mi... Y el cachorro... lo siento, de verdad.

Solté un suspiro, me pasé una mano por la frente cansado. Por algún motivo me estaba empezando a doler la cabeza un huevo, pero no sabía porque era.

—Vale... no pasa nada... —respondo—. Pero me duele que en lugar de hablar conmigo reaccionaras de ese modo. —admito.

Y también me jode que se haya querido disculpar ahora... vale, puede que yo tampoco haya respondido a todos sus mensajes... pero... me jodía muchísimo.

El efecto [Pablo Barrios X Rodrigo Riquelme]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora