Capitulo 32

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Pablo

Las horas habían pasado desde que estábamos en casa de mi padre y mi novio charlaba animadamente con mi padre sobre el Atlético de Madrid y sobre fútbol

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Las horas habían pasado desde que estábamos en casa de mi padre y mi novio charlaba animadamente con mi padre sobre el Atlético de Madrid y sobre fútbol. Era increíble lo bien que ambos habían conectado desde hacia tan solo 3 horas.

Observé a Rodrigo como un tonto enamorado y cuando él se giro para mirarme me dedicó la sonrisa mas bonita que había visto en toda mi vida. Escuché cómo llamaban a la puerta de casa y me levanté del sofá para ir a abrir. La abrí y vi a mi hermana y a su novia en la puerta de casa.

—Perdona, aquí no queremos madridistas. —la dije en broma a Claudia.

—Pablo, no la empieces a joder. —dice mi hermana mientras entra en casa y su novia me estira del pelo hacia abajo.

Solté un gemido de dolor.

—¡¡¡MARTAAAA!!! ¡¡¡CONTROLA A TU NOVIA!!! —grite intentando soltarme del agarre de Claudia.

—Tu hermanita no te va a salvar. —responde.

—¡¡PERO SUELTA MI PELO!!

—¡¡DEJA DE DARME ÓRDENES!!

—¡¡A LOS MADRIDISTAS NI EL AG...!!! —Claudia empezó a apretar su agarre y me queje del dolor—. ¡Vale, vale! ¡Perdona, sueltame!

Escuché unas risitas dentro de la casa y me morí de la vergüenza. Forcejee para soltarme de su agarre pero fracasé.

—¡Clauuuu! —rogue.

Finalmente, conseguí que Claudia soltase mi pelo y alce mi cabeza mientras me acomodaba el cabello. La vi entrar en la casa e hice lo mismo que ella, no sin antes ponerla la zancadilla. Mi plan era que se cayera al suelo pero no fue así.

—¡Pablo Barrios Rivas! —se gira y me da un manotazo en el brazo.

Escuché la risa de mi novio y por unos segundos me quedé embobado escuchándole reír y sin devolverle a Claudia la broma. Rodrigo me tenia tan enamorado...

—Mirale que enamorado está... —Claudia hace harcadas y salgo de mi ensoñación.

—Quejate, que mi hermana te tiene igual. —respondo y me acerqué a Rodrigo.

Hundí mi cara en su cuello, llevé mis labios a su piel y dejé un beso húmedo. En cuanto toque su piel mi polla se levantó y tuve que controlarme para no seguir adelante. Me separé y vi sus mejillas rojas.

—Niños, ¿que queréis para comer? —pregunta mi padre.

—Te ayudo a hacer la comida, papá. —dice mi hermana y se levanta de la mesa para ir al lado de mi padre.

—Yo también le ayudóo, Félix. —Claudia se levanta y yo le saco el dedo corazón, ella me lo devuelve.

La comida pasó rápido. Todos comimos animadamente mientras charlábamos de anécdotas y de cosas graciosas. Cuando acabamos de comer, ayudamos a mi padre a llevar los platos al fregadero y también le ayudamos a fregarlos. Mi hermana, yo, Rodrigo y Claudia nos fuimos a lavar los dientes cada uno al baño de su antigua habitación. En este caso, Rodrigo se lavo los dientes conmigo en el baño de mi antigua habitación y acabamos entre risas.

El efecto [Pablo Barrios X Rodrigo Riquelme]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora