Rodrigo
Estaba en la habitación que nos habían asignado durante la noche de ayer, había llegado hace nada con los demás del equipo y Pablo, por raro que sonara, se había quedado hablando con Samu Lino.
No quería malinterpretar las cosas, sabía que Lino tenía pareja y una hija; ¿pero y si le gustaba mi novio? Últimamente les he visto que han sido muy cercanos y eso a parte de la noticia que vi en el AS también me preocupa mucho.
—Rodrigo. —escucho su voz grave y miro a la puerta rápidamente.
—¡Pablo! —dije alegre, me daba vergüenza reaccionar así cuando le había visto literalmente hace menos de 1 hora.
—Lo siento, he estado hablando con Lino... —suspira, abre su boca para decir algo más pero la cierra—. ¿Has guardado todo lo que nos habíamos traído?
Junte mis cejas en confusion.
—Si, ya lo he hecho. ¿Esta todo bien?
—¿Eh? Si, si. Perdona. —se acerca a mi y me besa los labios.
Los suyos estaban fríos, pero aún así sabían muy bien.
Puse mis manos en su pecho, me acerque a él pero retrocedió al instante. Le mire con un poco de irritación, nunca se había apartado así de mi de este modo.
—Pablo, ¿que ocurre? —pregunto.
—Samuel sabe que estamos juntos, bueno, más bien me lo ha preguntado. Se que sospecha algo. —responde—. Y... también ha empezado a circular por el AS que tú y yo somos novios.
Se pasa una mano por el pelo y se lo echa hacia atrás, esta situación le ponía muy irritado al igual que a mí.
—Por mucho que sea cierto... no me parece bien que saquen la noticia, Rorro. Y mucho menos sin nuestro permiso... Yo quería sacarlo a la luz cuando los dos nos sintieramos preparados, me entiendes, ¿verdad?
—Eh, si... Claro... —respondo y miro hacia otro lado.
—Ey, ¿estás bien?
—Si, tranquilo...
Pablo me mira unos segundos y después vuelve a hablar.
—Apoya tus manos en el borde de la cama, Rorro. Y date la vuelta.
Hice lo que me dijo, note cómo deslizaba mis pantalones hacia abajo y sentí como se empezaba a formar mi erección en los calzoncillos.
—Shh, bebé, relájate... —me masajea un poco encima de mis calzoncillos y mi polla palpitó ansiosa.
—Pablo, porfavor... —me chupo el labio inferior.
—Mirate... estás empalmado y solo te estoy acariciando...
Contuve un gemido en mi boca, él empezó a deslizar mis calzoncillos hacia abajo, exponiendo mi miembro duro y erecto.
Apoyo su barbilla en mi hombro, mi corazón latió acelerado y sentí su vista en mi entrepierna.
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El efecto [Pablo Barrios X Rodrigo Riquelme]
Rastgele-Lo que no logró comprender es porque no dices nada. J*der, Rodrigo. Acabo de decirte que me gustas y tú estas como un tonto sonriendo. -Si prefieres me quedo callado -No, haber, al menos responde. Que me siento como un idiota -Vale, pues no re...