Rodrigo
Abri mis ojos lentamente, tratando de acostumbrarme a la luz. Pestañee varias veces y me di cuenta de que esta no era mi habitación, pero al recordar que había venido a ver a Pa... ¡Hostia puta! ¡Habia echo el amor con mi novio!
Palpe el otro lado de la cama y no había nadie, pero el sitio del colchón seguía caliente. Supuse que Pablo se había levantado hace un rato. Sonreí como tonto al recordar la maravillosa noche de ayer y cuando puse uno de mis pies en el suelo hice una mueca.
El cabrón me había dado tan duro que no podía ni caminar... Me acerque hasta su cajón, lo abrí y me puse unos pantalones largos de Pablo. Sali de la habitación descalzo y escuche voces en la cocina, camine hasta ella y cuando entré vi a la hermana de Pablo y a una chica rubia de pelo largo liso.
Marta me sonrió y fue la primera en hablar.
—Buenos días, Rodrigo. —saluda y se acerca para darme un abrazo—. ¿Como has dormido? —pregunta, mis mejillas se tiñen de rojo y agachó mi cabeza avergonzado.
—Bien, ¿donde esta Pablo? Me he despertado y no estaba a mi lado. —pregunte preocupado.
—Oh, a salido un momento. No va a tardar en venir.
Asenti y me arrasque el brazo incómodo.
—Bueno, os presento. Este de aquí es Rodrigo, Carla, mi novia. Carla, Rodrigo. —nos presenta y yo la doy dos besos en la mejilla.
—Un gusto conocerte.
—Lo mismo digo —sonríe y su vista se fija en Marta.
Veo como la brillan los ojos cuando su novia la dice algo y por un momento me paro a pensar si a Pablo también le brillaran los ojos cuando me escucha hablar...
Pablo
Cogí al cachorro, el cuál era un maltipoo, y los cuidadores me entregaron una camita. Les di las gracias y salí de la tienda caminado hacia el coche, mire a los ojos al cachorrito y me morí de la ternura.
Meti la camita en la caja grande y al lado deje el muñeco de Stitch que había comprado para Rodrigo y coloque al perrito con cuidado en el asiento del copiloto, me guarde la pulsera en el bolsillo que había comprado antes de venir a por el cachorro y cerré la puerta. Rodee el coche y entre por la puerta del piloto.
Puse en marcha el coche y conduci de vuelta hasta mi casa. En el trayecto no pude evitar recordar la noche de ayer y lo mucho que me había gustado perder mi virginidad con Rodrigo, aunque... había una parte de mi que tenía miedo de que a Rodrigo no le hubiera gustado o que se hubiera sentido obligado a hacerlo conmigo...
Aprete mis dedos en el volante y decidí quitar esos pensamientos mientras conducía de regreso. Cuando llegué a mi casa suspire aliviado y me alegre de que mi hermana hubiera venido hace unas horas con Claudia, su novia, a casa.
Me baje del coche, saque la caja con cuidado y vi que el cachorro gemia, cerré el coche, saque las llaves de mi casa y las meti en la cerradura abriendo la puerta.
Escuche a Kiara ladrar y la chiste mientras cerraba la puerta, mi hermana y su novia no estaban en la cocina por lo que supuse que estarían en su habitación.
Camine por el pasillo hasta mi habitación con Kiara siguiéndome los talones, la perra sabía que tenía a un cachorro en la caja y como me gafara la sorpresa para Roro...
Abrí la puerta de mi habitación, entre dentro y Rodrigo se quitó uno de sus cascos para fijarse en mi y después llevarse las manos a la boca.
—Pablo... —susurra.
Me acercó a la cama, me siento con él en el borde y dejó la caja entre medias de ambos.
—Joder, Pablo... —se le llenan los ojos de lágrimas y mete sus manos dentro de la caja.
Sonreí con ternura mientras observaba como se colocaba al cachorro en las piernas. Me miro a los ojos y vi como una lágrima descendía por su rostro.
—¿No es una broma, no? —pregunta y yo niego. Se rompe a llorar y observa al cachorro—. Yo... no se que decir... —el cachorro se tumba en las piernas de Rodrigo y le acaricie la cabecita peluda.
—No hace falta que digas nada, Roro... Esto lo he hecho por vol... —sus labios encuentran los míos en un beso que no me esperaba.
Cerré mis ojos y me apresure a seguirle el beso tiernamente. Sentí como caían algunas lágrimas de sus ojos en nuestro beso y no me importó lo más mínimo. Nos separamos y vi que le brillaban las mejillas.
—Te amo muchísimo, Pablo. —dice.
—Yo te amo más, Rodrigo.
Roro cogió al pequeño cachorro con sus manos, se fijó en el peluche de Stitch y me puse colorado.
—Te levantaste inspirado, ¿no?
—Si te soy sincero... Mi mente empezó a trabajar pensando en que a lo mejor te ibas a arrepentir de lo que pasó anoche y... tenía miedo de que no te hubiese gustado hacerlo conmigo...
—¿Pero tú eres tonto, Pablo? Hacer el amor contigo me ha gustado muchisimo, me siento mucho más cerca de ti ahora mismo y quiero repetirlo en cuanto tengamos ocasión. —sonreí tiernamente mientras me tumbaba en la cama con el pequeño cachorro dormido en mis manos.
Roroñ bajó la caja al suelo, se acomodo y se tumbo a mi lado.
—¿Que nombre piensas ponerle? —pregunto, me fijo en sus labios y me puse colorado.
—La verdad es que no tengo ni idea, aún no lo he pensado.
—El perro... le he dicho que pusiera tus apellidos en la cartilla de la mascota, te parece bien, ¿no? —pregunto.
—Si, claro.
—Bueno, pues aquí tenemos a nuestro primer hijo en común.
Mi mente se imagino un millón de escenarios en los que Roro y yo llevábamos a nuestros hijos a los entrenamientos de fútbol, entre otras cosas... Un sonrojo acudió a mis mejillas.
—Primer bebé. —le corrijo y se pega a mi cuerpo.
Roro sonríe, acaricia el pequeño cuerpo del bebé y mi vista se dirige a sus dedos. Le acariciaba con ternura y cuidado. Eso hizo que me enamorase más de mi chico.
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¿Que os ha parecido el capítulo?
• Pablo ya se está imaginando teniendo hijos con Rodrigo, ¿Rodrigo se imaginara lo mismo con él?
Me encanta el Pablo romántico.
¡Hasta el próximo!
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El efecto [Pablo Barrios X Rodrigo Riquelme]
Casuale-Lo que no logró comprender es porque no dices nada. J*der, Rodrigo. Acabo de decirte que me gustas y tú estas como un tonto sonriendo. -Si prefieres me quedo callado -No, haber, al menos responde. Que me siento como un idiota -Vale, pues no re...