El efecto [Pablo Barrios X Rodrigo Riquelme]

Capitulo 8

Rodrigo

—¿¡QUE!? —consigue gesticular mi hermano Alejandro.

Yo, en cambio, seguía tumbado en mi cama sin decir no una palabra. Probablemente mis padres piensen que estoy tratando de ver cómo llevar a cabo esta información pero la verdad es que estoy en shock.

—¿Como que os separais? ¡¡Pero si lleváis juntos un montón de tiempo!! ¿A que viene eso ahora?

—El tiempo no tiene nada que ver si eso que antes sentías con tu otra pareja ya no lo sientes. —explica mi madre.

—¡Esque no aguanto que no me ayudes con la casa! —dice mi madre, por lo que supongo que esta discutiendo con mi padre, otra vez—. ¡Yo no puedo sola con una casa de dos pisos, José!

—¿Es por la casa, verdad? —pregunto—. Te vas a separar de papá porque antes ayudaba en la casa y ahora ya no.

—Dicho así parece que soy el malo de la película... —masculla mi padre y yo pongo los ojos en blanco.

—En parte si; nos seguimos queriendo, hemos construido una bonita familia pero hay cosas que con el paso del tiempo pueden cambiar, como los sentimientos... —dice mi madre.

—Así es, no queremos que penséis que ya no nos vamos a ver ni nada de eso. Porque no es así. Los cuatro trataremos de vernos cuando tengamos tiempo.

—Osea que ¿no sólo os vais a separar si no que vais a hacer que nos mudemos? —pregunta mi hermano.

Yo le miro y vuelvo a hablar.

—¿Pretendes forzar más una situación que lleva así desde bastante tiempo, Alejandro? —pregunto—. No van a hacer que nos mudemos, pero tú piensa: Si la situación esta jodida ¿tú la forzarías más de lo que ya está?

—¡Rodrigo, esa boca! —me regaña mi padre.

—Perdón, era hablar así o meterle un puñetazo.

—¡Rodrigo! —exclama mi madre.

De repente sentí como un cojín golpeaba mi rostro, mi hermano se comenzó a reír y yo aproveche para devolversela

—¡Eres un pesado!

—¡Pues te jodes, soy tu hermano pequeño! ¡Te toca aguantarme!

—¡¡¡LAS PALABROTAS, RODRIGO RIQUELME RECHE!!! —me regañan mis padres, mi hermano me da una última vez con el cojín y yo no me inmuto—. ¡Alejandro, deja a Rodrigo!

—¡Joe, vale! —responde mi hermano—. Podéis llevaros la contraria en las cosas del hogar y en más, pero en regañarnos... joder, os ponéis de acuerdo. —acaba de decir Alejandro.

—Porque somos vuestros padres, Alejandro. Y si no te gusta... te aguantas. —responde mi padre.

Pablo