Cumpleaños.

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Se acercaba el cumpleaños de Canny y Asa no podía sacarse de la cabeza la idea de hacer algo especial para ella. Después de dos meses de besos, abrazos y momentos que solo ellas compartían, aún no habían puesto una etiqueta a lo que tenían. No es que Asa necesitara un título para definir lo que sentía, pero últimamente ese pensamiento la rondaba más de lo que le gustaría admitir. Eran más que amigas, eso estaba claro, pero ¿cuándo era el momento adecuado para ponerlo en palabras? Y más importante aún, ¿cómo hacer que Canny se sintiera especial en su día?

Sentada en la sala común, con el móvil en la mano, Asa suspiró mientras miraba las pantallas vacías de compras en línea, buscando desesperadamente una idea. “¿Flores? No, demasiado cliché. ¿Una joya? ¿Demasiado formal?”. Cerró los ojos, frustrada. No quería regalarle cualquier cosa, quería algo que la hiciera sentir única, que le demostrara cuánto significaba para ella.

—¿Otra vez con esa cara de preocupación? —Ruka se acercó, sentándose a su lado en el sofá—. ¿Qué te trae tan pensativa?

—El cumpleaños de Canny —respondió Asa sin rodeos—. No sé qué regalarle, y quiero que sea algo especial, algo que realmente signifique algo para ella.

Ruka sonrió, ladeando la cabeza como si estuviera pensando en la solución más obvia del mundo.

—Bueno, ustedes han estado muy cercanas últimamente... tal vez deberías hacerle algo personal. Algo que sea solo entre ustedes dos.

—Pero eso es lo complicado —respondió Asa, agachando la cabeza—. No quiero que sea algo común, pero tampoco sé si debería ser algo grande. No somos oficiales todavía, ¿sabes? —Hizo una pausa, el tono de su voz reflejando la pequeña inseguridad que aún la carcomía—. Hemos estado actuando como pareja estos últimos dos meses, pero nunca lo hemos dicho en voz alta. No quiero arruinar las cosas...

Ruka la miró fijamente por un momento antes de hablar de nuevo.

—Escucha, Asa. Si algo he notado es que ustedes ya son más que solo amigas. No necesitas un título para demostrar lo que sientes. El regalo no tiene que ser caro o extravagante, tiene que ser algo que venga del corazón. Algo que le muestre lo que significas para ella y lo que ella significa para ti.

Asa dejó escapar un suspiro más relajado, asimilando el consejo de Ruka. Estaba en lo cierto. No necesitaba hacer algo grandioso, solo algo que tuviera valor para ambas.

—¿Pero qué? —preguntó, todavía sin estar segura.

—¿Por qué no haces algo más íntimo? —dijo Pharita, que había estado escuchando desde la cocina y ahora se unía a la conversación—. Podrías planear una pequeña escapada juntas, o cocinarle su comida favorita. Tal vez escribirle una carta. A veces, los detalles más sencillos son los que más cuentan.

—Una carta... —murmuró Asa, reflexionando. La idea era tentadora. Había tantas cosas que aún no le había dicho a Canny, cosas que prefería expresar en papel porque sentía que las palabras no siempre le salían de la manera correcta.

—Podrías combinar varias cosas —sugirió Rora, apareciendo con una taza de café—. Quizás hacerle algo bonito y simbólico, como un álbum con fotos de estos meses que han pasado juntas. Y al final, una carta explicándole lo que sientes. No tiene que ser complicado, solo algo que hable desde el corazón.

Asa sonrió. La idea del álbum, junto con la carta, sonaba perfecta. Podría recordar todos los momentos especiales que habían compartido hasta ahora y, al mismo tiempo, expresar en palabras todo lo que significaba Canny para ella.

—Eso es, un álbum —dijo Asa con renovada determinación—. Y al final del álbum, una carta. Tal vez incluso le pida que seamos oficiales... —Terminó la frase en voz baja, pero sus amigas la escucharon y aplaudieron su decisión.

Te Quiero a Ti (GiP) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora